Naturaleza

Yasuní: una inversión silenciosa en la amazonia ecuatoriana

Ecuador sigue culpando a la comunidad internacional por la falla de su innovadora iniciativa

La explotación de más de 846 millones de barriles de petróleo en el Parque Nacional Yasuní, ubicado en la parcela de la Amazonía ecuatoriana, está en vías de realizarse a partir de 2016 pese a numerosas contradicciones y quejas de activistas, pueblos indígenas y miembros de la comunidad científica. Ecuador es uno de los menores países de América Latina en términos de extensión territorial frontera al sur con Perú y al norte con Colombia. En solamente un hectarea de selva tropical en Yasuní, son econtradas especies en cantidades más grandes que en todos los Estados Unidos y Canadá juntos, según el colectivo Yasunidos. “Pienso que Yasuní es un laboratorio internacional de la globalización e internacionalización de los recursos naturales. Un ícono de lo que está aconteciendo, el único lugar del mundo donde hay una reserva de biosfera reconocida por UNESCO y pueblos indígenas que fueron contactados hacen poco más de 50 años”, dijo a Diálogo Chino el geógrafo Massimo De Marchi de la Universidad de Padova, integrante del grupo de estudios Geoyasuni. Desde los años 70, compañías de energía han explotado dentro del Parque Nacional, sin embargo sus porciones más remotas permanecen intocadas por lo menos, hasta el 2016, cuando se estima sacar el primer barril de petróleo. Los campos de petróleo contienen cerca de 20% de las reservas de combustibles fósiles de Ecuador, que tiene el 40% de su economía basada en este recurso no renovable.  La polémica en cuestión trata particularmente de la porción del parque conocida de Bloque ITT (Ishpingo-Tambococha-Tiputini). El embate se intensifica cuando están en juego intereses internacionales, deudas financieras con Pekín y grandes montos de inversión de compañias chinas. Hoy ya se habla chino en la amazonía ecuatoriana. Un estudio de Geoyasuní indicó que en el parque de Yasuní, establecido en 1979, existen seis Bloques petroleros que se superponen al área protegida. El Bloque 14 es operado por PetroOriental (una sociedad de capital público de dos estatales de la República Popular de China: 55% de China National Petroleum Corporation-CNPC y 45% de China Petrochemical Corporation-SINOPEC. El Bloque 16 conocido como REPSOL ha mostrado, en los últimos años, un cambio de propiedad. Actualmente, el Consorcio Petrolero Bloque 16 y Área Tivacuno tienen la siguiente composición: 35% Repsol YPF Ecuador SA, 31 % por la compañía estatal de Taiwan OPIC (Overseas Petroleum and Investment Corporation), 20% Tiptop Energy Ltd (Sinopec), 14% por la corporación estatal de la República Popular de China (CRS Sinochem). “China está presente en estos bloques amazónicos de diferentes maneras, sea como compañía directa que está operando el Bloque 14 PetroOriental, sea como una compañía que es parte del Bloque 16 que ha sido comprada por una empresa de Tawian y de China. Hay varias maneras de emprendimientos de capital chino estar presentes en Yasuní”, sostuvo De Marchi. Pekín ha estrechado relaciones con Quito desde que el presidente Rafael Correa ha sido electo en 2007 que, el año siguiente decretó default de parte de su deuda externa, teniendo a los chinos sus principales credores. El petróleo extraído en Yasuní puede servir para suprir la deuda firmada con Pekín. En junio de 2013, Correa, recién empezado su tercer mandato, anunció que la estatal China National Petroleum Company haría inversiones de US$ 12.500 millones en la modernización y construcción de nuevas refinerías en Ecuador. La prensa local ya noticia que la deuda de Ecuador con China ultrapasa US$ 7.000 millones, lo que representa el 10% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Desde 2009, los préstamos chinos han sido recompensados con petróleo. Sin embargo, De Marchi recuerda que el 2007, Rafael Correa lanzó en la Asamblea General de ONU la Iniciativa Yasuní-ITT para mantener los Bloques intocados si Ecuador lograra recaudar mitad de la renta esperada de la extracción de petróleo – US$ 3.600 millones. En la ocasión, la comunidad internacional prometió alrededor de US$ 330 millones, aunque solamente había depositado US$ 13 millones, antes que Correa decidiera encerrar en agosto de 2013. Según dijo a Diálogo Chino la ministra de Medio Ambiente de Ecuador, Lorena Tapia, la iniciativa fue renovada varias veces “esperando que la comunidad internacional respondiera”. “Fue una propuesta ecuatoriana que tenía dos opciones, mantener recursos en el suelo y no explotar siempre que lográramos al menos la mitad de los recursos esperados si hubieramos explotado esas reservas. Y la opción de explotar si no lográramos captar los recursos. Lamentablemente no tuvo éxito y no logramos los recursos que esperábamos”, arguyó Tapia. En junio de este año, el gobierno de Ecuador y la Asamblea Nacional aprobaron la perfuración de petróleo tras intentos de activistas del colectivo Yasunidos de realizar un referéndum de consulta pública a la población. El movimiento social logró reunir 800 mil firmas, no obstante, casi la mitad han sido anuladas y, por lo tanto, el Consejo Nacional Electoral de Ecuador rechazó la propuesta del referéndum. De acuerdo con De Marchi, que se presenta muy crítico a la postura del gobierno, había un discurso internacional que “servía para hacer simpáticos a los ambientalistas, pero en la realidad, los procesos técnicos ya se preparaban para explotar los yacimientos del ITT”, sostuvo. Yasuní ya es considerado desde el comienzo de los años 90 la frontera del petróleo de Ecuador. “Es un recurso estratégico muy deseado. A nivel internacional el gobierno no ha trabajado para recaudar recursos y proponer la iniciativa. Mi hipótesis es que se quería el fracaso de la campaña para justificar la explotación. No se ha hecho casi nada, una campaña para ahorrar plata internacional tiene que ser bien organizada”, contrapuso el geógrafo. De Marchi arguyó todavía que documentos oficiales muestran que los procesos de evaluación de impacto ambiental ya había comenzado dentro de las estructuras del gobierno antes que el presidente Rafael Correa terminara la campaña. “Los análisis de estudios de impactos ambientales han comenzado en 2010”, dijo. Según el representante de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), Juan Carlos Jintiach, quien habló con Diálogo Chino, el desastre sobre la Amazonía ecuatoriana será eminente. “No conozco todavía una explotación petrolera que no haya tenido una sola contaminación, daños ambientales y enfermadades. Va a ser totalmente (un desastre). Yo me preocupo tambien con los pueblos indígenas aislados no contactados, existen unos cuatro en esta zona y hay cada vez más y más presión”, dijo. Jintiach sostiene la necesidad de haber más “claridad” en la mesa de articulación. “Ésta es un área protegida y se puede reservar a eso. Estamos diciendo que queremos dejar el petróleo bajo el subsuelo. No somos ni chinos, ni norteamericanos, somos pueblos indígenas y tienen que respetar nuestra decisión. En esta ecuación algo está faltando”, criticó el indígena del pueblo shuar.