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Los lazos comerciales entre Perú y China se fortalecen a pesar de la crisis política

Desde la firma de un acuerdo de libre comercio en 2009, la relación entre los países ha crecido, en medio de la actual crisis en Perú. Pero el pacto aún no reconoce los impactos ambientales del libre comercio.
<p>Carga de mineral de hierro importado de Perú en camiones en el puerto de Rizhao, ciudad de Rizhao, provincia de Shandong, en el este de China (imagen: Alamy)</p>

Carga de mineral de hierro importado de Perú en camiones en el puerto de Rizhao, ciudad de Rizhao, provincia de Shandong, en el este de China (imagen: Alamy)

En los 12 años transcurridos desde que Perú y China firmaron un tratado de libre comercio (TLC), el país latinoamericano ha tenido seis presidentes. También ha tenido numerosos conflictos sociales: sólo en octubre de este año, hubo 198, de los cuales 129 fueron calificados como “socioambientales” por la Defensoría del Pueblo. Al mismo tiempo, el comercio entre Perú y China se ha incrementado progresivamente, experimentando sólo un descenso en las importaciones y exportaciones en 2020, debido a la pandemia del Covid-19.

Roberto Sánchez, Ministro de Comercio Exterior y Turismo de Perú, dijo a Diálogo Chino que desde que el TLC entró en vigor en 2010, el comercio con China se ha duplicado. “Este crecimiento ha permitido al Perú diversificar su canasta exportadora a este mercado, con más de 700 nuevos productos exportados, de los cuales el 96% fueron del sector no tradicional, como productos de licencia metálica, químicos y textiles”, dijo, agregando que más de 1,500 nuevas empresas exportadoras están involucradas en el comercio, de las cuales el 74% fueron “micro” o pequeñas empresas.

“Con estos resultados, podemos reafirmar que el TLC nos ha permitido consolidar la presencia de Perú en Asia”, dijo Sánchez. 

Pedro Castillo, que asumió la presidencia a finales de julio, ha señalado su intención de mantener buenas relaciones con China. “China es un socio estratégico para Perú en términos de comercio e inversión”, dijo en octubre, durante la inauguración de la Feria de Cantón, un evento comercial internacional en Guangdong, China. En noviembre, en el 50º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambas naciones, subrayó que China “es nuestro principal socio comercial” y que los vínculos entre ambos países se han fortalecido “desde que elevamos nuestra relación a una asociación estratégica integral”, un alto estatus diplomático que China confiere a determinados socios internacionales.

En el poco tiempo transcurrido desde que Castillo asumió el cargo, el embajador de China en Perú, Liang Yu, ha mantenido más de diez reuniones presenciales o virtuales con miembros del gabinete, entre ellos los titulares de la cancillería, el Ministerio de Economía y Finanzas y el de Comercio Exterior y Turismo. También se reunió con el propio presidente el 30 de agosto. 

En el marco de la celebración de los 50 años de diplomacia, el embajador dijo que ambos países no sólo buscan “actualizar” su TLC, sino que también han firmado un memorando de entendimiento en el marco de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta. También cooperan en materia de vacunas Covid-19: Perú ha comprado millones de vacunas a Sinopharm.

Sin embargo, los mensajes positivos de Castillo sobre los lazos comerciales con China chocan con sus mensajes algo contradictorios sobre la inversión privada y extranjera en el país. Recientemente ha anunciado una segunda reforma agraria y ha pedido la nacionalización de activos como la planta de gas de Camisea, en el sur de la región de Cusco, lo que ha creado una gran incertidumbre. 

Perú y China: ¿una cuestión de números?

El TLC de 2009 entre Perú y China -con sus 17 capítulos y 12 anexos- fue el primer acuerdo comercial integral que el país asiático firmó con un país en desarrollo. Abarca bienes, servicios e inversiones.

En 2011, China desplazó a Estados Unidos como principal destino de las exportaciones peruanas. Casi una década después, en diciembre de 2020, el embajador Liang Yu dijo que el TLC “ha servido de locomotora para el desarrollo de las relaciones económicas y comerciales entre China y Perú, y ha contribuido a que el comercio bilateral dé grandes saltos”.

Denisse Linares, de Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR), una ONG peruana que ha seguido la renegociación del TLC Perú-China, dijo que la relación puede ser vista positivamente: hemos abierto camino a tener un intercambio con uno de los países más fuertes en cuanto a acciones comerciales”. Sin embargo, considera que “esta relación no ha estado acompañada de una diversificación productiva”, sino “netamente de un intercambio de materia prima. Y esto puede beneficiar a China, pero a nosotros no”.

¿Sabías qué ...?


el cobre representa más del 60% de las exportaciones peruanas a China

En 2019, los productos mineros representaron bastante más del 80% del total de las exportaciones a China, y solo el cobre representó más del 60%. El año 2020 tuvo un perfil igualmente dominante para la minería, a pesar de la interrupción de la pandemia y las restricciones de movimiento, ya que se concedió una dispensa especial para continuar las operaciones. 

Después del Reino Unido, las empresas con sede en China son ahora los mayores inversores en el sector minero de Perú, con inversiones de más de 15.000 millones de dólares, según el Ministerio de Minas y Energía. La lista es larga, pero entre los principales proyectos están Las Bambas, en el departamento de Apurímac, y Toromocho, en Junín. Ambas son minas de cobre. Perú es el segundo productor mundial.

También se han realizado importantes inversiones chinas en los sectores de la energía, la electricidad, la pesca, las finanzas y las infraestructuras. Entre los proyectos más destacados están el megapuerto de Chancay, al norte de la capital, Lima, que está siendo construido por un consorcio liderado por la empresa estatal china Cosco Shipping Ports (con unos 3.000 millones de dólares de inversión); la exploración de gas en el Lote 58 del departamento de Cusco, a cargo de China National Petroleum Corporation (CNPC, 4.400 millones de dólares); y la hidrovía del Amazonas, una iniciativa en la que participa la china Sinohydro, que habría invertido 95 millones de dólares. La Corporación China de las Tres Gargantas (CTG) también ha comprado participaciones en la central hidroeléctrica de Chaglla, y en Luz del Sur, la mayor empresa de distribución eléctrica de Perú. 

Linares, de DAR, dice que proyectos como el puerto de Chancay y la hidrovía han tenido problemas con los estudios de impacto ambiental. Asimismo, los conflictos sociales han estallado en proyectos mineros del país, como Las Bambas , donde se mantienen diálogos entre las comunidades y las empresas mineras.

Más allá de las exportaciones tradicionales, el TLC ha abierto un mercado para los productos agrícolas peruanos. “Obviamente, alrededor del 95% de nuestros envíos a China son minerales y pescado. Pero excluyendo eso del análisis, el 5% que enviamos a China que son [bienes] no tradicionales ha ido creciendo de manera muy constante”, dijo a Diálogo Chino Rafael Zarich, gerente de Estudios Económicos de Comex Perú, uno de los principales gremios empresariales del país. “El TLC comenzó en 2010, y en el caso de la agricultura [el valor de las exportaciones] ha pasado de 30-35 millones de dólares a casi 200 millones”. Zarich señala el mercado de exportación de arándanos y uvas como algunos que se han consolidado con el TLC. 

La relación no ha estado acompañada de una diversificación productiva. Esto le puede beneficiar a China, pero a nosotros no.

Beatriz Salazar, del Centro Peruano de Estudios Sociales, dijo a Diálogo Chino que el aumento de los productos agrícolas es positivo, especialmente el de los bienes de alto valor. Sin embargo, planteó sus advertencias en torno a las “externalidades negativas”, en los impactos ambientales de este crecimiento agrícola: “En cuanto al agua, se están sobreexplotando los acuíferos de la costa, y en cuanto a la biodiversidad, se están dedicando grandes zonas de la costa a un solo cultivo”.

“No sólo hay que prestar atención a la cantidad de productos exportados, a su valor, sino también a su sostenibilidad, para que no tengan externalidades negativas ocultas”, subrayó Salazar.

Ana Romero, de la Red Peruana por la Globalización con Equidad, dijo: “No hay beneficios para las poblaciones donde se ubican estas inversiones. En las agroexportaciones, se puede ver que el tema del agua, y su uso exacerbado, perjudica a las zonas circundantes.”

¿Necesita el TLC un capítulo medioambiental?

En noviembre de 2016, China y Perú acordaron”optimizar” el TLC. Las negociaciones comenzaron en abril de 2019, y en octubre de 2019, Lima acogió la cuarta ronda de conversaciones. Las normas de origen, los procedimientos aduaneros y la facilitación del comercio, las cadenas de suministro globales, la propiedad intelectual, la inversión, la política de competencia, el comercio de servicios y el comercio electrónico estaban en la agenda, pero el medio ambiente no. Luego llegó la pandemia y las conversaciones se paralizaron.

El ministro de Comercio, Roberto Sánchez, dijo a Diálogo Chino que, en el contexto actual, no ha sido posible celebrar una nueva reunión física, pero que ambos equipos siguen coordinándose virtualmente.

Para Linares, Salazar y Romero, el acuerdo no puede omitir un capítulo medioambiental.

Sobre la posibilidad de incluir un apartado dedicado al medio ambiente, Sánchez dijo que el acuerdo “ya tiene un capítulo muy completo sobre la cooperación entre los dos países, en el que se abordan los mecanismos relacionados con las cuestiones medioambientales”. 

“El TLC Perú-China ha dado lugar al establecimiento de marcos específicos bajo los cuales ambos países pueden trabajar juntos en temas ambientales, y es importante destacar que en 2016 se firmó un ‘Acuerdo de Cooperación Ambiental’ entre el Ministerio del Ambiente y el Ministerio de Relaciones Exteriores de China, destinado a promover la cooperación en el ámbito de la protección ambiental y la gestión sostenible de los recursos naturales”, agregó Sánchez.

Mónica Núñez, profesora de la Universidad del Pacífico especializada en gobernanza ambiental y sostenibilidad de las inversiones chinas en América Latina, dijo que China y el mercado internacional están adoptando cada vez más normas de sostenibilidad aplicables a diferentes industrias, que son voluntarias, pero a medida que el mercado avanza estas directrices se están convirtiendo en el nuevo estándar del mercado. “Varios sectores y gremios chinos que invierten en el extranjero están adoptando cada vez más estas directrices”, dijo.

Linares, sin embargo, cree que las partes deben insistir en un capítulo medioambiental en el TLC debido a la cantidad y la naturaleza de las inversiones chinas en Perú. China, añade, ha publicado una lista de inversiones que no apoyará si no cumplen las normas medioambientales. “Estamos en un momento en el que podemos aprovechar que China está dispuesta a mejorar”.