Océanos

Tiburones amenazados por legislaciones irregulares en Ecuador

La narrativa de Ecuador sobre la conservación de los tiburones se contradice con las pruebas de su creciente industria de pesca y exportación de aletas
<p>Un tiburón zorro es traído a tierra en la provincia de Santa Elena, Ecuador (Imagen: Pete Oxford / Alamy)</p>

Un tiburón zorro es traído a tierra en la provincia de Santa Elena, Ecuador (Imagen: Pete Oxford / Alamy)

“Más vale un enemigo honesto que un falso amigo”, dice el refrán. Por desgracia, los tiburones del Pacífico oriental pueden tener uno de estos últimos en Ecuador. A pesar de décadas de legislación para proteger a los tiburones, el país latinoamericano también ha permitido que sus pescadores semi-industriales los capturen en grandes cantidades. 

El ser humano lleva pescando especies en alta mar desde hace al menos 20.000 años. Sin embargo, sólo en los últimos 50, la abundancia de tiburones ha disminuido en un 71%, debido principalmente a un fuerte aumento de la pesca comercial y de las capturas accidentales. Esto es un abrir y cerrar de ojos, teniendo en cuenta que la rama evolutiva de los tiburones y otros peces cartilaginosos se remonta a unos 400 millones de años.  

La comunidad internacional ha tomado medidas para abordar el problema, creando organismos para ayudar a conservar y gestionar de forma sostenible la biodiversidad afectada por la pesca. Conocidas como organizaciones regionales de ordenación pesquera (OROP), hacen especial hincapié en especies como los tiburones, que comparten las aguas de los Estados costeros y las de alta mar. 

tratado océanos alta mar onu
Lectura recomendada: Las negociaciones sobre alta mar no consiguen el tan esperado tratado

La primera zona en contar con una OROP fue el Pacífico oriental, que alberga algunos de los ecosistemas marinos más productivos del mundo. La creación de la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT), en 1949, precedió a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y al posterior Acuerdo de las Naciones Unidas sobre Poblaciones de Peces en tres y cuatro décadas respectivamente. Pero a pesar de su ventaja, la CIAT, al igual que la otra docena de OROP que le seguirían, han fracasado en gran medida en la protección de los tiburones y sus parientes cartilaginosos.  

Esto se debe, en parte, a que algunos países han impedido la recopilación de datos adecuados o han utilizado su poder de veto para obstaculizar los intentos de las OROP de establecer límites de mortalidad sostenibles para las especies de tiburones (es decir, asegurarse de que las tasas de natalidad sean superiores a las de mortalidad). Algunos países, por el contrario, han realizado notables esfuerzos para proteger estas especies, como Palau, que ha prohibido la pesca de tiburones. También ha habido algunas acciones progresistas dentro de la industria. La multinacional surcoreana Dongwon, por ejemplo, se ha comprometido a aplicar políticas de no retención, lo que significa que libera a los tiburones capturados. Mientras que iniciativas como Seafood Business for Ocean Stewardship (SeaBOS), que incluye a las 10 mayores empresas de productos del mar del mundo, aprobó a finales de 2021 una estrategia para reducir el riesgo para los peces cartilaginosos en peligro de extinción. 

Falsas amistades

A primera vista, los tiburones del Pacífico oriental tienen un aliado en Ecuador. Esta nación costera ha proyectado durante décadas un fuerte compromiso con la conservación de los tiburones a través de medidas legislativas. Ecuador prohibió la pesca activa de tiburones en sus pesquerías nacionales en la década de 1990, y en 1993 aprobó una ley que prohibía el cercenamiento de las aletas sin vender la carne. En 2006, se convirtió en uno de los primeros signatarios del Plan de Acción Internacional para los Tiburones de la Organización para la Agricultura y la Alimentación.

Hace unos meses, Ecuador dio otro paso audaz para proteger a los tiburones al anunciar la ampliación de la Reserva Marina de Galápagos. Ecuador, que en los últimos años había denunciado la amenaza que los buques internacionales (como el Fu Yuan Yu Leng 999, de bandera china) suponían para la salud de sus poblaciones de tiburones, parecía estar demostrando su liderazgo en la protección de su patrimonio natural marino. 

tiburón pesca barco
Lee más: La prueba tipo Covid para frenar el comercio ilegal de tiburones amenazados 

Sin embargo, los tiburones se han visto afectados por otras acciones que han recibido menos publicidad. En 2007, el entonces presidente Rafael Correa emitió un decreto que en la práctica anulaba la prohibición de la venta y exportación de aletas de tiburón. Alex Hearn, ecologista de pesquerías marinas de la Universidad San Francisco de Quito, dijo a Diálogo Chino que el decreto no permitía la pesca selectiva de tiburones, pero sí la captura incidental, y como no se definía la captura incidental, “prácticamente abrió las compuertas”.  

De hecho, la captura incontrolada de tiburones en el Océano Pacífico oriental por parte de las flotas pesqueras de aguas lejanas representa una grave amenaza, ya que no existen cuotas, ni límites de captura incidental ni de mortalidad. Pero, al mismo tiempo que denuncia esto, Ecuador ha mantenido sus propias operaciones semi-industriales de pesca de tiburones fuera de los focos. En teoría, Ecuador no permite la pesca selectiva de tiburones, pero las estadísticas oficiales de capturas comunicadas a la FAO revelan que es el mayor país de pesca de tiburones en el Pacífico sudoriental, con el 40% de las capturas allí realizadas entre 1990 y 2016. Maximiliano Bello, experto en política oceánica en la región, afirma que esto puede hacerse a plena vista, ya que “las especies objetivo se ocultan bajo el término ‘captura incidental'”. Dijo a Diálogo con China que hasta el 90% de los tiburones capturados están etiquetados como captura incidental. 

Estas estadísticas pueden atribuirse en gran medida a los barcos ecuatorianos que pescan grandes pelágicos, especies que habitan en las capas superiores del océano abierto. Un estudio de 2015 reveló que esta pesquería semi-industrial capturó y retuvo alrededor de 260.000 tiburones cada año entre 2008 y 2012, 50 veces más que el Fu Yuan Yu Leng 999. Acompañando a estas cifras, hay pruebas que sugieren que la exportación de aletas de tiburón por parte de Ecuador creció un 635% entre 2013 y 2021, y las tres principales empresas exportadoras obtuvieron beneficios que oscilan entre los 3,8 y los 6,5 millones de dólares. Esto hace que nos preguntemos por qué la comunidad internacional debería seguir participando en canjes de deuda con el país costero para ampliar sus reservas marinas nacionales si los mismos tiburones que se pretende proteger son el objetivo a unas pocas millas de la costa.  

¿Cómo hacerlo mejor? 

Cuándo, dónde y cómo se pesca influye en las especies que se capturan. Si Ecuador quiere demostrar su compromiso con la conservación de los tiburones, podría empezar a nivel nacional, mejorando la gestión de las pesquerías para intentar reducir las capturas accidentales y aplicar una política de no retención, según la cual cualquier tiburón capturado accidentalmente debe ser liberado en las mejores condiciones posibles. Ecuador también podría liderar e impulsar a otros actores para que establezcan planes de gestión sostenible de los tiburones dentro de la región de la CIAT, lo cual es una de sus responsabilidades según el Acuerdo sobre Poblaciones de Peces de la ONU de 1995. 

No reconocen la pesquería de tiburones, ¡pero la llaman pesquería de tiburones!

La conservación de las especies de tiburones de gran movilidad en el Océano Pacífico oriental, o en cualquier otra región, no depende de las acciones de una sola nación pesquera costera, insular o de aguas lejanas.  

Según el profesor Hearn “la presión internacional también podría funcionar”, especialmente la presión de mercados como el de la UE. Mientras la flota ecuatoriana se dedica a la pesca del dorado durante la mitad del año, la otra mitad se dedica a la “pesca APT”, es decir atún, pez espada y tiburón. Hearn señala la ironía: “No reconocen la pesquería de tiburones, ¡pero la llaman pesquería de tiburones!”. 

Hearn afirma que prohibir el desembarco de estos animales no sería suficiente, ya que docenas de especies de tiburones seguirían siendo capturadas accidentalmente. Por eso es importante aplicar métodos de reducción de las capturas accidentales, como evitar ciertas zonas del Pacífico oriental. “Pero no tenemos buenos datos espaciales sobre las capturas en Ecuador: el sistema no es transparente y esto es clave para mejorar la gestión de la pesca en la región”, dijo Hearn.  

A medida que nos adentramos en lo que pueden ser los últimos años para revertir el declive de muchas especies de tiburones, la transparencia sobre las tasas de captura y mortalidad es más importante que nunca. En este sentido, los enemigos honestos pueden ser mejores aliados de los tiburones que los falsos amigos. 

Este artículo se publicó originalmente en China Dialogue Ocean.