Agricultura

Producción de aceite de palma en Perú perjudica indígenas

Empresas internacionales destruyen bosques para cultivar aceite de palma, amenazando la supervivencia de una comunidad indígena

Las plantaciones para la producción de aceite de palma en la zona amazónica del Perú han invadido territorios indígenas ancestrales, destruyendo el sustento de sus comunidades y los ecosistemas boscosos, dijo Robert Guimaraes Vásquez, líder de los Shipibo-Konibo, en una entrevista con Diálogo Chino.

Desde principios de este siglo, el gobierno peruano ha estimulado las plantaciones de palma aceitera, que se usa para la producción de biocombustibles, cosméticos y alimentos procesados, pero esta práctica es uno de los mayores causantes de destrucción de selva tropical.

Según las propuestas del gobierno, las tierras dedicadas a las plantaciones de palma en el Perú aumentarán desde las 60,000 hectáreas actuales hasta unos impresionantes dos millones de hectáreas en 2020, supuestamente en áreas ya deforestadas. Pero la falta de títulos de propiedad sobre la tierra de las comunidades indígenas, junto con una mala gobernanza y un deficiente control de la deforestación, implican que los gobiernos locales están vendiendo los territorios comunales a inversores multinacionales.

Se culpa a empresas registradas localmente por sociedades internacionales de la destrucción impune del bosque virgen, mientras los pueblos indígenas son amenazados con violencia por resistirse al cultivo de la palma, dice Guimaraes. Plantaciones de Pucallpa SAC, está talando bosques en la comunidad Shipibo-Konibo de Santa Clara de Uchunya, en la región de Ucayali, pero de todas formas ha recibido la certificación de la asociación del sector, la Mesa Redonda para el Aceite de Palma Sostenible (Roundtable for Sustainable Palm Oil, RSPO), un organismo que los grupos ecologistas han calificado de fachada para la destrucción de los bosques tropicales.

La Agencia de Investigación Ambiental (Environmental Investigation Agency, EIA) dice que Plantaciones de Pucallpa tiene vínculos con el magnate checo del aceite de oliva y el cacao Dennis Melka, que está buscando más plantaciones en Perú para cubrir la creciente demanda de China y la India, según informa el Financial Times.

En una conversación con Diálogo Chino Guimaraes, quien se encontraba en Londres invitado por el Forest People’s Programme, discute los impactos de la expansión de la palma aceitera en la región amazónica peruana, las contradicciones en la política forestal gubernamental y la importancia de hacer cumplir sólidas normas de sostenibilidad.

Diálogo Chino: Describa los impactos que resultan del cultivo de la palma aceitera en el bosque.

Robert Guimaraes Vásquez: Todo lo que representa para nosotros el bosque, el río, está siendo violentado, por concesiones de petróleo, de gas, minería, megaproyectos hidroeléctricas y ahora último entre 2000 y 2010, y los cinco años últimos, se ha aumentado mucho lo que significa la siembra de palma africana en la Amazonía. Esta relación que tenemos con el bosque también tiene valor espiritual. Recibimos conocimiento que nos ayuda a manejar el bosque y los ríos, porque no sólo es una materia prima, sino desarrollamos conocimiento de cómo hacer manejo de recursos, como hacer curaciones con las plantas, como hacer arquitectura propia, las casas, y también como hacemos el ciclo de manejo de las semillas. Hay una gran diferencia entre la población mayoritaria, nuestro territorio es de propia colectiva. No tenemos propiedades privadas. El bosque y el río son también para nosotros seguridad alimentaria, sacamos los peces del rio, sacamos los alimentos del bosque, aparte tenemos agricultura como plátanos, yuca, maíz y arroz que ahora hay en la zona. El bosque también es para economía tradicional. Nosotros entramos en el bosque y sacamos lo que necesitamos. Si no, nos morimos. La Amazonía es nuestro territorio, nuestra casa, está siendo violentado últimamente de esas actividades de palma. En Ucayali, tenemos el grupo Melka, que son socios con empresas asiáticas. En el Perú existen 25 empresas, 8 de los cuales operan en Ucayali, entre Loreto y Ucayali – ninguno de ellas está directamente registrado en nombre de Melka y en estos últimos años ha acelerado la deforestación. A nosotros, nos preocupa mucho porque el estado peruano tiene contradicciones en su política. El gobierno peruano en el cumbre climático en Nueva York firmó compromiso con el gobierno de Noruega y el de Alemania por US$ 300millones para bajar la deforestación – cero deforestación al 2021. Este compromiso que asume el gobierno peruano no lo está cumpliendo. Entonces en estos últimos 10 años, como dice este gobierno peruano mismo, también viene promoviendo las actividades de inversión privada basada en palma. Hay resoluciones del gobierno que declara de interés nacional la siembra de palma.

DC: En Perú, falta un registro adecuado con respecto a las áreas que son ya deforestadas, así que la promoción del cultivo de palma aceitera, por ejemplo, ¿no se puede verificar si está pasando en áreas deforestadas?

RVG: No hay exactamente cuántas áreas son deforestadas. En el caso de la comunidad Santa Clara de Uchunya, el grupo Melka compró tierras bajo costos bien baratos, corrompiendo la autoridad del gobierno regional de Ucayali. El compró estas áreas del gobierno de Ucayali, pero compró tierras. Pero este no es bosque degradada. Son bosques de altísima valor de conservación de biodiversidad y son territorios ancestrales de la comunidad de Santa Clara de Uchunya. Enormes tractores trabajan de día y de noche, arrasando grandes extensiones de bosques, los animales los aplastan, cierran ríos, quebradas, es un crimen ecológico. Es algo muy grave. Si esto es vida para nosotros, el bosque, está siendo arrasada, violentada.

DC: ¿Qué presencia tiene la RSPO en la zona, el cuerpo que debería certificar la sustentabilidad de la palma?

RVG: Nosotros nos enteramos hace poco que existe este mecanismo. Está En Lima. Está muy lejos. Hay algunas reuniones pero nosotros desconocemos. Queremos investigar más y presentar una queja formal. El estado peruano ha vulnerado la ley de consulta, han entregado en concesión grandes extensiones de Amazonía sin consultar a los pueblos indígenas. Solo para referirme en el enfoque de la criminalización, la violentación, las amenazas, este informe de Global Witness dice que Perú, nuestro país, es uno de los cinco países donde matan más a gente reclamando los derechos. En 2004 mataron cuatro compañeros nuestros. Las demandas territoriales siguen en el Perú, el reconocimiento de las territorios ancestrales. La gente está en su comunidad y de noche a mañana se da cuenta de que hay maquinarias en su territorio. Estamos ocupando territorios ancestrales que el estado peruano no reconoció con un papel que diga “este es tu área”. Hemos dicho que tienen que parar la actividad de expansión de palma, mientras el estado no otorgué seguridad jurídica a nuestros territorios. El estado tiene que garantizar territorios para comunidades, si no hay eso, lo que estamos generando es más conflictos.

DC: Se nota como es la escala de la producción y representa la demanda global de la palma aceitera, que se usa en un montón de productos que consumimos, ¿cuán importante es que se establezcan y que se implementen estándares de sustentabilidad?

RVG: Nosotros consideramos que no se puede implementar monocultivos sobre áreas de alta valor de biodiversidad. Creo que las empresas deben respetar las leyes nacionales y también el derecho consuetudinario de los pueblos indígenas. No se puede violentar los derechos de los pueblos que estamos ahí, para reemplazarnos con una actividad distinta. Estamos de acuerdo con que el estado pueda invertir pero que evalúe, que respete, nuestros derechos. Esto tenemos nosotros bastante claro.

DC: Las empresas internacionales están compitiendo entre sí para suministrar a nuevos mercados, en China y en la India, que consumen más productos con palma aceitera, ¿qué poder tiene el consumidor?

RVG: Pero estas mismas empresas están derrocando bosques en Malasia no? Hay una experiencia nefasta en otros sitios. Entonces parece que lo que están haciendo ahora es venir a la Amazonía peruana, para juntar su materia prima y tal vez responder a los otros mercados, pero matando gente, vulnerando nuestros derechos. O sea si el mercado europeo, o el mercado chino viera la forma como operan estas empresas, lo que están arrasando, matando gente, a nosotros, creo que ningún consumidor aceptaría. Yo creo que tenemos que informar a la gente que asuma la conciencia para saber si viene con estándares ambientales, si viene de bosques manejados. Pero todo lo que estamos viendo es resultado de la política contradictoria del estado peruano. No sé qué discurso va a llevar a la COP21 en Paris en las próximas semanas, el estado peruano dice “si somos muy buena gente, estamos respetando a los indígenas, estamos conservando los bosques” pero hay esos grandes fondos como el de US$ 300milones, pero no hay un Sol para titular una comunidad. ¿Cómo es que no regalan estos recursos, pero sí hay recursos para el sector privado? Nosotros aquí, no sólo queremos presentar queja, queremos la solidaridad inmediata. Las vidas de los dirigentes están en riesgo. Nuestro mensaje para la comunidad internacional es que necesitamos solidaridad de ellos, que reconozcan nuestros problemas y que exigen la implementación de políticas claras de conservación, no contradictorias. Estamos pidiendo la moratoria, anular todas esas resoluciones de expansión de palma, mientras no tenemos seguridad jurídica y ordenamiento territorial.

Nota del editor: La RSPO informó a Diálogo Chino de su Panel de Quejas ha solicitado a Plantaciones de Pucallpa S.A.C que responda formalmente a los reclamos efectuados por la comunidad Shipibo-Konibo.

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