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Gobernadores de Brasil abren sus propios canales con China

Las asociaciones para enfrentar el Covid-19 son la parte más visible de un proceso que también implica buscar la inversión china
<p>El gobernador de São Paulo, João Doria, presenta la Coronavac. (Imagen: Gobierno de São Paulo)</p>

El gobernador de São Paulo, João Doria, presenta la Coronavac. (Imagen: Gobierno de São Paulo)

Era marzo mientras la epidemia de coronavirus avanzaba a pasos agigantados en Brasil, las dificultades del gobierno para comprar respiradores y máscaras era la introducción de una tragedia que hoy ya suma casi 2 millones de víctimas brasileñas.

En el gobierno del Estado de Maranhão, la atmósfera estaba tensa después de que un intento de comprar respiradores a través de una empresa brasileña fuera bloqueado por las autoridades federales que, sin presentar ningún plan nacional para combatir la enfermedad, desviaron los equipos hacia un stock nacional.

Fue entonces cuando Simplício Araújo, secretario de Industria, Comercio y Energía de Maranhão, decidió usar sus contactos en China y estableció lo que llamó una “operación de guerra” para importar 107 respiradores y 200.000 máscaras de China.

“Esta ausencia de articulación nacional dejó a los estados a su suerte”, dijo Araújo. “Tuvimos contactos chinos porque yo mismo ya había llevado a más de 150 empresarios desde Maranhão hacia China”.

¿Sabías que...?


La Coronavac, una vacuna que se está desarrollando en asociación entre brasileños y chinos, es una de las más prometedoras para combatir el Covid-19.

Maranhão es uno de los ejemplos más fuertes de un fenómeno que la epidemia de coronavirus en Brasil ha hecho evidente: el surgimiento de líderes locales como gobernadores en las negociaciones con China, en las frecuentes crisis diplomáticas lideradas por los aliados del presidente Jair Bolsonaro, quienes insisten en atacar al gobierno chino.

Mientras el gobierno federal trataba de eludir los frecuentes errores de Bolsonaro, gobernadores de varios estados, como São Paulo, el Distrito Federal y Rio Grande do Norte, fueron a golpear las puertas de los chinos buscando ayuda para comprar equipos médicos, donaciones de insumos e incluso asociaciones entre entidades de investigación en busca de una vacuna contra Covid-19, como fue el caso de São Paulo. Lejos de los discursos estridentes de los aliados de Bolsonaro, las negociaciones tuvieron un tono pragmático.

“Podemos pensar de manera diferente y, aun así, establecer alianzas”, dijo Julio Serson, secretario de Relaciones Internacionales del Gobierno del Estado de São Paulo. “Las autoridades chinas respetan y entienden que, en el Gobierno de São Paulo, existe una línea diferente a la adoptada por el Gobierno Federal”.

Insultos en Brasilia, y asociación para la investigación en São Paulo

Serson ayudó a concretar una de las asociaciones más prometedoras entre Brasil y China, la unión del centenario Instituto Butantan con el laboratorio chino Sinovac para la producción y testeo avanzado de vacunas para la Covid-19.

La vacuna, cuyo nombre es CoronaVac, ya se ha administrado en forma exitosa a alrededor de 1.000 personas en China, en las fases clínicas uno y dos, según afirma un comunicado del Instituto Butantan. Antes, ya había pasado las pruebas de laboratorio y en monos. El instituto además afirma que, con el control de la pandemia en Asia, la compañía con sede en Beijing estaba buscando cooperación con otros países para proceder con la etapa final de prueba.

Los partidarios de Jair Bolsonaro no tardaron en  atacar a la asociación   en las redes sociales, el mes pasado cuando se anunció. “Los comunistas aparentemente están avanzando contra los patriotas y el presidente Bolsonaro”, escribió el congresista Daniel Silveira, uno de los aliados más elocuentes del presidente.

No existe evidencia de que los repetidos ataques de los bolsonaristas contra los chinos hayan resultado en algún tipo de represalia. Según  Folha de São Paulo  , sin embargo, la tensión en las relaciones entre ambos países contribuyó al hecho de que algunas donaciones de empresas chinas a Brasil nunca se concretaran.

Las respuestas a los gobernadores tampoco fueron unánimemente positivas. Los gobernadores de la Región Norte formalizaron un pedido de ayuda a China en marzo, que hasta ahora no ha sido fructífera.

“El Consorcio da Amazonia solicitó el apoyo de varias autoridades, de varios socios potenciales del gobierno chino, porque éste es el principal fabricante de insumos para combatir el Covid-19”, lamentó Eduardo Tavares, secretario de Planificación del Estado de Amapá. “Pero, hasta ahora, no hemos recibido nada concreto”.

Sin embargo, se hizo un anuncio destinado al estado de Amazonas. Según la embajada china, se realizará una donación de más de R $ 1,5 millones en equipamiento de salud destinado a combatir Covid-19 en las comunidades indígenas.

Gobernadores de Brasil y China: una asociación no solo contra el Covid

Antes de la pandemia, la mayoría de los gobernadores de Brasil ya estaban trabajando para estrechar relaciones con China. El año pasado, por ejemplo, los gobernadores de Piauí y Rio Grande do Norte visitaron Beijing en un intento de llevar   inversiones chinas   al sector de energía limpia. Una   comitiva de São Paulo   fue a las provincias de Xian y Shanghai en busca de inversores.

La medida de los gobernadores brasileños recuerda el acuerdo para combatir el cambio climático que se realizó entre el estado de California y el gobierno chino unos meses después de que el presidente Donald Trump asumiera el cargo en Estados Unidos. En Estados Unidos, como en Brasil, los gobernadores de los Estados manejan territorios del tamaño de países pequeños y, en algunos casos, son reconocidos más allá de las fronteras estatales.

En ese momento, el acuerdo fue percibido como una señal de que China estaba dispuesta a eludir al presidente estadounidense para establecer sociedades, y también como un importante símbolo del pragmatismo de la política internacional china. En Brasil, no parece ser diferente.

“Respetamos la autonomía y la ideología de cada país”, dijo Serson, del gobierno de São Paulo. “Vivimos en un país democrático y es necesario respetar a ambas