Clima

América Latina asume nuevos compromisos en la COP26

Los líderes de América Latina dieron inicio a la COP26 con el plan de descarbonización de Colombia y el compromiso de Brasil a para poner fin a la deforestación en primera plana
<p>El presidente de Colombia, Iván Duque, llega a la cumbre de cambio climática de la ONU, la COP26, en Glasgow.</p>

El presidente de Colombia, Iván Duque, llega a la cumbre de cambio climática de la ONU, la COP26, en Glasgow.

La COP26, la conferencia de la ONU sobre cambio climático, comenzó en Glasgow con nuevas promesas y compromisos de gobiernos de América Latina, muchos de los cuales enviaron presidentes y ministros a los primeros días de la cumbre. Desde deforestación hasta áreas marinas protegidas, los gobiernos resaltaron sus nuevos esfuerzos mientras le pidieron a los países desarrollados que tomen acciones de liderazgo.

Los líderes latinoamericanos dijeron presente en la COP26

Los presidentes Iván Duque de Colombia, Guillermo Lasso de Ecuador, Luis Arce de Bolivia, Alberto Fernández de Argentina, Carlos Alvarado Quesada de Costa Rica y Juan Hernández de Honduras viajaron a Glasgow para participar en la Cumbre de Líderes Mundiales, un segmento de alto nivel de la COP26 de dos días de duración que se celebró el lunes y el martes.

Aunque la asistencia fue menor que en años anteriores debido a la pandemia -la COP suele celebrarse una vez al año en un país diferente-, los líderes latinoamericanos presentes aprovecharon su estancia en el Reino Unido para anunciar nuevos compromisos, como los de Colombia, que presentó la nueva estrategia a largo plazo del gobierno para alcanzar la neutralidad en carbono en 2050.

Queremos ser neutros en carbono para 2050. No podemos esperar a que el resto del mundo actúe, tenemos que empezar inmediatamente

Como parte del Acuerdo de París sobre el cambio climático, los países tienen que construir una hoja de ruta para llegar a mediados de siglo con economías descarbonizadas. Para Colombia, esto significa acciones en áreas estratégicas, entre ellas: consumo y producción sostenible, transición energética justa, desarrollo rural, ciudades resilientes, fuentes de energía diversificadas, y movilidad sostenible.

“No tenemos tiempo que perder”, dijo el presidente Duque en su intervención en la conferencia. “Colombia representa el 0,6% de las emisiones mundiales, pero también es uno de los países más amenazados. Año tras año estamos viendo los efectos de la crisis climática”.

“Queremos ser neutros en carbono para 2050. No podemos esperar a que el resto del mundo actúe, tenemos que empezar inmediatamente”, agregó.

Hasta ahora, Costa Rica ha sido el único país latinoamericano en presentar una estrategia de descarbonización y en empezar a actuar en consecuencia, con varios planes ya en marcha. Colombia sigue ahora su ejemplo, y podrían producirse más anuncios en la COP26. Argentina, Chile y Uruguay están ultimando los detalles de sus propias estrategias nacionales.

En la COP, Argentina oficializó un incremento del 2% en su meta de reducción de emisiones. El presidente Fernández dijo que el país está tomando “medidas concretas y tangibles” en materia de acción climática, como una nueva legislación para detener la deforestación y aumentar la movilidad eléctrica. También pidió más financiación para el clima y la reducción de la deuda de los países en desarrollo, sugiriendo el uso de canjes de deuda por clima y deuda por naturaleza, y el pago por servicios ecosistémicos.

Durante su paso por la COP26, Fernández también firmó un acuerdo para la inversión de 8.000 millones de dólares para una planta de hidrógeno verde, que se propone ubicar en la provincia de Río Negro, en la Patagonia. El proyecto sería llevado a cabo por la empresa australiana Fortescue, y su construcción comenzaría el año próximo. Este plan está en línea con planes similares de hidrógeno verde en Chile y Uruguay.

Los recursos naturales de América Latina en la COP26

Una de las noticias más importantes de la primera semana de la COP26 fue la firma de más de 100 países de la Declaración de los Líderes de Glasgow sobre los Bosques y el Uso de la Tierra, en la que se comprometen a “detener y revertir” la deforestación para el año 2030, y los países desarrollados prometen financiación para apoyar este compromiso. La lista de firmantes incluye a Argentina, Costa Rica, Ecuador, México, Perú, Colombia, Chile y, sobre todo, Brasil, país que en los últimos años ha visto crecer sus tasas de deforestación.

Los bosques son aliados clave para mitigar el cambio climático, ya que eliminan el carbono de las emisiones de la atmósfera, impidiendo que calienten el planeta. Aun así, esta amortiguación del clim está desapareciendo rápidamente. La deforestación aumentó un 12% entre 2019 y 2020, con la pérdida de 12,2 millones de hectáreas de cobertura arbórea, según Global Forest Watch.

“Si bien la Declaración de Glasgow tiene una impresionante gama de signatarios de todos los países ricos en bosques, los grandes mercados de consumo y los centros financieros, corre el riesgo de ser una reiteración de los anteriores compromisos fallidos si carece de fuerza”, dijo Jo Blackman, Jefe de Política y Defensa de los Bosques en Global Witness, en un comunicado.

Por otra parte, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, anunció en la COP26 una nueva área marina protegida (AMP) de 60.000 km2 en torno a las megabiodiversas Islas Galápagos, que se financiará mediante un canje de deuda por naturaleza. El colombiano Duque también anunció nuevas AMP para Colombia, con 160.000 km2 adicionales de área protegida.

500.000km2


es el tamaño de la nueva área marina protegida conformada por Ecuador, Panamá, Colombia y Costa Rica y anunciada en la COP26

Al mismo tiempo, Duque anunció que Colombia, Ecuador, Panamá y Costa Rica acordaron unir sus reservas marinas para formar una zona interconectada, creando una de las zonas de biodiversidad oceánica más ricas del mundo. Será un corredor libre de pesca que cubrirá más de 500.000 km2, en una de las rutas migratorias más importantes del mundo para muchas especies.

“Será un laboratorio vivo para llevar a cabo investigaciones científicas”, dijo Lasso, de Ecuador, durante una conferencia de prensa en la COP. “Actualmente estamos revisando propuestas para financiar la nueva AMP en Galápagos con un canje de deuda por naturaleza. Será el mayor que se haya hecho nunca. Pero seremos cuidadosos en la forma de llevarlo a cabo para maximizar los beneficios ambientales para la reserva marina.”

Mercados de carbono

Cuando se firmó el Acuerdo de París en 2015, no todos los aspectos estaban totalmente finalizados debido a los numerosos desacuerdos entre los países. La cuestión más complicada ha sido la creación de un nuevo mercado mundial del carbono. En el marco del Acuerdo de París, los países deben establecer un sistema de cooperación internacional en materia de carbono para contribuir a la descarbonización de la economía, tal y como se establece en la controvertida sección del reglamento de 2015 conocida como artículo 6.

Los enfoques del artículo 6, que muchos consideran que implican créditos y mercados de carbono, permitirían a los países financiar proyectos que reduzcan las emisiones en otros países, contando las emisiones evitadas para sus propios objetivos climáticos. Pero sin reglas de contabilidad transparentes y sólidas, tiene el potencial de socavar el objetivo de limitar el aumento de la temperatura en 1,5C, una preocupación expresada por varios países.

Los países desarrollados perderán toda su credibilidad si no se llega a nada concreto en esta cumbre

Mientras asistía a los primeros días de la COP26, el presidente boliviano, Luis Arce, dijo que existen incertidumbres y falta de información sobre cómo funcionaría un mercado mundial de carbono. Los intentos anteriores de crear mercados nacionales de carbono en América Latina han fracasado, dijo Arce. En cambio, pidió a los países desarrollados que den un paso adelante y acepten su responsabilidad en la crisis climática.

“Los países desarrollados perderán toda su credibilidad si no se llega a nada concreto en esta cumbre”, afirmó Arce. “Proponemos sustituir los mercados de carbono por mecanismos de acción directa a través de los cuales los países desarrollados puedan financiar proyectos de adaptación y mitigación del clima. De lo contrario, seguiremos reproduciendo el sistema capitalista”.