Clima & Energía

Firmado Acuerdo de París

Expectativas de recortes más rápidos y significativos de las emisiones

Al menos 155 países firmarán este viernes el Acuerdo Climático de París, un hito fundamental que podría llevar a que el convenio entre en vigencia el año entrante, mucho antes de la fecha oficial de su lanzamiento en 2020.

Para que el tratado entre en vigencia, no menos de 55 países, que representen al menos el 55 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, deben “depositar sus instrumentos de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión” después de la ceremonia de firma el 22 de abril en Nueva York.

Se prevé que algunos de los firmantes, como la UE, demorarán al menos 18 meses en poner en acción el acuerdo climático de diciembre pasado, ya que aún deben decidir cómo dividir su meta climática para 2030 entre los estados miembros.

Pero algunos observadores están cada vez más seguros de que el proceso se acelerará gracias a las acciones tempranas de grandes emisores (como China y EE. UU., que representan entre ambos aproximadamente el 40 % de las emisiones de GEI en el mundo).

El optimismo aumenta sobre la posibilidad de que se pueda evitar una pausa prolongada en el acuerdo de París, a pesar de que hay quienes sugieren que muchos países en desarrollo deben demorar la firma o ratificación para mejorar su capacidad de negociación frente a los países ricos en otros temas, como las finanzas.

De todas formas, lograr la rúbrica de los países es la parte fácil del asunto. Será mucho más difícil garantizar y medir el cumplimiento de lo prometido en París y lograr que aumenten sus ambiciones en tan solo unos pocos años.

[El Instituto de Recursos Mundiales ha desarrollado una práctica herramienta que registra las acciones de los países relacionadas con el Acuerdo de París].

“Creo que [el Acuerdo de París] estará vigente en 2018”, comentó durante un evento en Londres la semana pasada Christiana Figueres, jefa climática de la ONU, y agregó que es fundamental considerar esto como una cuestión urgente y que los fuertes recortes de las emisiones llevan al menos una década de atraso.

El mundo está a “dos minutos de la medianoche”, dijo Figueres y agregó que para lograr “cero emisiones netas” en la segunda mitad del siglo “tendremos que alcanzar el máximo para 2020”.

Comentó que un escenario que continúe con la situación actual “nos llevará alcanzar el máximo entre 2025 y 2035”, y subrayó que es necesario actuar decisivamente mucho antes.

La concentración de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera ya ha superado las 400 partes por millón (ppm), un valor cercano a un peligroso punto de inflexión, según los científicos.

Mientras tanto, eventos climáticos extremos vinculados con el fenómeno cíclico de El Niño han ofrecido a los responsables de las políticas un anticipo de los desastres que serían habituales en un mundo con temperaturas más elevadas.

Con este telón de fondo, una reunión esta semana del panel de ciencias climáticas de la ONU, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), estudiará la factibilidad de recortar las emisiones para restringir el aumento de las temperaturas mundiales promedio a 1,5 °C.

Este es el umbral que los pequeños estados isleños y los países más vulnerables mencionan como fundamental para su supervivencia.

Fue en gran medida por su insistencia que si incluso el umbral de 1,5°C en el acuerdo de París, pero la mayoría de los países desarrollados, en especial los estados miembros de la UE, han basado sus propuestas de recortes de emisiones en un valor de 2 °C por ser un resultado más viable.

Muchos científicos dicen que la tasa a la que se han bombeado GEI a la atmósfera hace que sea imposible lograr los 1,5°C sin implementar tecnologías a gran escala para eliminarlos.

Este límite de los 2 °C, derivado principalmente por recomendaciones del IPCC publicadas en 2007, condenaría a muchos de los países más vulnerables al desastre. Los recortes de las emisiones propuestos por los países en diciembre pasado en París distan mucho de ser lo suficientemente profundos y orientan al mundo hacia un calentamiento de entre 3 y 3,5 °C.

Según un informe publicado el jueves, un resultado de 2 °C – que ya representa un desafío enorme – llevaría a una elevación del nivel del mar que podría convertir en pantanos a ciudades y zonas costeras donde viven miles de millones de personas.

Además, las investigaciones de Climate Analytics dicen que un calentamiento de 2 °C tornaría inhabitables algunas partes del mundo, especialmente los trópicos, debido a intensas olas de calor.

Mientras tanto, los países del Mediterráneo sufrirían sequías más frecuentes.

Los analistas de las políticas climáticas dicen que si el acuerdo de París entra en vigencia de manera temprana, con un mecanismo de revisión o “inventario mundial” en 2018, los países probablemente estarán bajo una mayor presión para acordar recortes más profundos y rápidos a las emisiones de carbono.

Otro informe publicado el 21 de abril ha destacado los diversos escenarios necesarios para limitar el aumento de las temperaturas mundiales a 2 °C o menos.

Para el momento del “inventario mundial” en 2018, los países tendrán que sentarse a la mesa de negociaciones con planes revisados para implementar recortes mucho más fuertes a las emisiones de carbono en la mayoría de los sectores económicos después de 2020, dijo un informe coescrito por Climate Interactive, una organización de investigación, y MIT Sloan, una escuela de negocios estadounidense.

Sin estas importantes reducciones será cada vez menos viable que los recortes sean lo suficientemente rápidos después de 2030 como para limitar la suba de las temperaturas a 2 °C, agregó.

“Es como conducir para llegar a una reunión importante. Usted puede llegar sano y salvo si parte ahora, o esperar, ir demasiado aprisa y arriesgarse a sufrir un horrible accidente”, dijo Andrew Jones de Climate Interactive, uno de los coautores del informe.

“Si mejoramos las promesas de París ahora, podemos limitar el calentamiento a menos de 2 °C. Si esperamos y solo aumentamos las promesas después de 2030, tendremos que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a una tasa irresponsable y costosa”, agregó.

Si la mayoría de los principales emisores pone rápidamente en acción sus compromisos (conocidos en la jerga de la ONU como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional) esto podría tener como resultado otros grandes beneficios para el proceso climático de la ONU.

Bloqueo preventivo

Uno de esos beneficios sería asegurar la posición de EE. UU. en el acuerdo de París antes de un posible cambio en la Casa Blanca a principios del próximo año, ya que si fuera elegido un republicano, podría bloquear la acción climática o intentar revertirla.

La ratificación o implementación temprana también enviaría una fuerte señal a las empresas y la industria indicando que los responsables de las políticas trabajarán para lograr mayores recortes futuros de las emisiones, resaltando los riesgos financieros de las inversiones en combustibles fósiles y aumentando los incentivos para las tecnologías con bajas emisiones de carbono, como las energías renovables.

“Los países con más emisiones también están entre quienes más tienen para ganar con la acción rápida para poner freno a esta amenaza, debido a los enormes impactos que podría tener (no solo sobre los sistemas agrícolas y la infraestructura de transporte o energía, sino también para los beneficios netos de las empresas)”, dijo el jefe del Carbon Disclosure Project, uno de los grupos empresariales que firmaron una carta la semana pasada solicitando a los gobiernos una ratificación temprana.

Exposición a las emisiones de carbono

Muchos de los bancos centrales, las mayores empresas y un “grupo de trabajo” convocado por el G20 —que presentará un informe a fines de este año— están investigando las amenazas que podrían surgir para el sistema financiero mundial si el planeta no logra a tiempo la transición a inversiones con bajas emisiones de carbono.

Un encuentro de los ministros de finanzas de la UE en los Países Bajos esta semana propondrá “pruebas de resistencia” para los bancos, que alentarían a los inversores a calcular su exposición a eventos climáticos extremos y a los activos con altas emisiones de carbono.

Finanzas

El fin de semana pasado, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, hizo un llamado al sector mundial de los seguros (que cuenta con carteras de inversión valuadas en aproximadamente 25 billones de USD) para que gestione y reduzca los riesgos climáticos más eficazmente.

La ceremonia de firma en París de esta semana también será parte de un esfuerzo más amplio por parte de la ONU para fomentar la implementación de las metas de desarrollo sostenible, aumentar la escala del financiamiento climático prometido por los países desarrollados y convertir los “miles de millones en billones” que harán falta para lograr un alejamiento decisivo de los combustibles fósiles.

Pruebas

Pronto vendrán las grandes pruebas. Las conversaciones climáticas de la ONU se reanudarán el próximo mes, cuando los negociadores comiencen a delinear la manera de hacer avanzar el Acuerdo de París para profundizar las metas de 2018 y entregar el financiamiento climático necesario.

En cierta forma, la conferencia climática de la ONU en Marrakech, Marruecos, a fines de este año será más importante que París, ya que habrá que acordar lo esencial para que el acuerdo climático funcione con éxito.

Desprolijidades

“La energía positiva generada (por París) junto con la movilización tanto de actores estatales como no estatales es un logro notable”, señala Chatham House en un informe para la prensa difundido hoy.

Agrega: “Sin embargo, el nuevo régimen presenta ciertas desprolijidades y faltas de estandarización, y aún no constituye un camino creíble hacia la meta de “menos de 2 °C”.