Clima & Energía

Inversiones chinas deben ajustarse a las metas de París

América Latina debe hacer tal exigencia al negociar con China

Los países latinoamericanos deben tener una actitud proactiva frente a los intereses chinos en la región. En tiempos de crisis climática, cuando el mundo está discutiendo un nuevo camino hacia una economía global con una menor emisión de carbono, la cooperación entre China y América Latina todavía sigue el estándar “business as usual”, sin preocuparse por las recomendaciones del Acuerdo de París. La opinión fue emitida por Guy Edwards, codirector del Laboratorio de Clima y Desarrollo de la Universidad Brown de Estados Unidos. “Los países de América Latina deben ser explícitos con los chinos en relación al tipo de inversión que desean recibir y cómo estas deben adecuarse a las metas de París y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”, alertó Edwards al ser entrevistado por Diálogo Chino. “Hasta el momento, China viene manteniendo exactamente el mismo tipo de relación con América Latina: hace foco en el acceso a los recursos naturales, combustibles fósiles y en la construcción de grandes represas hidroeléctricas. Estas inversiones no necesariamente, están de acuerdo con las metas de París”, advirtió el investigador. Autor del libro “A Fragmented Continent: Latin America and the global politics of climate change” (en una traducción libre, “Un continente fragmentado: América Latina y la política global de cambio climático”), Guy Edwards señala a otro culpable que hace que esta  relación se mantenga sin cambios: los llamados “ministerios sucios”, o aquellos que no priorizan las acciones climáticas al momento de negociar. “Todavía existen muchos ministerios ‘sucios’ que tienen el poder al momento de cerrar acuerdos con los chinos”, afirmó y citó a  las carteras de Finanzas, Energía y Agricultura “que tienden a colocar el foco en inversiones con una alta emisión de carbono”. Mantener el “business as usual” sin incluir las metas de París y los ODS en las negociaciones con China “no ayudará en nada a hacer que las economías latinoamericanas se tornen más resilientes”. Preocupación regional En América Latina, el impacto climático constituye una preocupación regional, admitió Walter Vergara, del World Resources Institute (WRI), ex líder de la División Cambio Climático del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), quien también encabezó el Grupo Global de Especialistas sobre el Clima en el Banco Mundial. En su opinión, se estima que los impactos ocasionados por la variación del clima, en el caso de que no se cambien los modos de producir en la región, podrían generar consecuencias económicas del orden de los USD 100 mil millones anuales. “La región cuenta con todos los elementos necesarios para descarbonizar su economía. Las acciones bajas en carbono son la mejor garantía para lograr un desarrollo económico sostenible. Un futuro con menos emisiones de gases de efecto invernadero es posible. América Latina necesita descarbonizar su generación de energía eléctrica, el sector del transporte, el uso del suelo, restaurar sus superficies degradadas y dejar de deforestar”, resumió durante el panel realizado por el Wilson Center acerca de la transición regional hacia bajas emisiones de carbono que tuvo lugar en Washington. En una conversación con periodistas latinoamericanos en el “Programa de Entrevistas Climáticas”, promovido por la iniciativa Conexión COP, El Árbol y la Fundación Konrad Adenauer, Vergara criticó la “falsa dicotomía” que existe entre el desarrollo y las medidas que toman en cuenta el cambio climático. Al definir a América Latina como “la Arabia Saudita de los recursos renovables y energéticos”, Vergara destacó el gran potencial que posee el continente con respecto al aprovechamiento de fuentes de energía limpia. Más de la mitad de la energía producida por el sector eléctrico regional es baja en carbono ya que el 52% es generado por fuentes de origen hídrico. En la región, solamente en el 2015, se suministraron 14 Giga watts de electricidad proveniente de fuentes renovables. Para Vergara, la diversificación mayor de las fuentes limpias de energía es mejor que de depender de las represas hidroeléctricas. Ante Diálogo Chino, destacó que como “esencial” garantizar que cualquier inversión de capital extranjero, especialmente de China, por ser el inversor más importante de la región, respete el capital natural y no contamine el eco-sistema. “La inversión china no debe ser una excepción. Por el contrario, dado el gran flujo de capital proveniente de dicho país hacia los sectores de infraestructura, los países de la región deben exigir urgentemente que tales inversiones no aumenten las emisiones de carbono directas o inducidas y no causen pérdidas de biodiversidad, calidad del suelo o del agua”, destacó. Vergara alertó que si estas preocupaciones no se incluyeran al momento de cerrar acuerdos de asociación estratégica, existe el riesgo  que las economías latinoamericanas a largo plazo  terminen pagando una cuenta mucho más complicada debido a las pérdidas de capital natural que no podrán ser compensadas por ninguna ventaja ofrecida por cualquier inversión financiera de corto plazo.