El 17 de julio de 2016, en una remota región del Tíbet central, el glaciar Dongru se derrumbó. Alrededor de 77,6 millones de metros cúbicos de hielo, repartidos en 9,5 kilómetros cuadrados y con un peso de siete millones de toneladas, se separaron del glaciar y se estrellaron en un lago que se encontraba por debajo. El hielo que se había desprendido constituía la mitad del total del glaciar, y se derrumbó en cuestión de minutos. Las aguas del lago fueron empujadas a 250 metros de la orilla cuando el hielo que caía generó una ola de nueve metros de altura. Una marca de la ola todavía sigue siendo visible.
Expertos del Instituto de Investigación de la Meseta Tibetana (ITPR) – área de la Academia China de Ciencias – comenzaron a examinar este extraordinario colapso de los glaciares, cuando ocurrió por segunda vez. El 21 de septiembre de 2016, una gran parte del glaciar Aru – también en el centro de Tíbet – se derrumbó. Esta vez, 72,8 millones de metros cúbicos de hielo cayeron por la ladera de la montaña, concentrando un total de casi 6,7 millones de toneladas de hielo.
Los glaciares se localizan en áreas sin ningún tipo de presencia humana permanente; sólo hay pastores nómades y, a veces, científicos basados en sus estaciones de monitoreo. Como resultado, estos eventos extraordinarios en gran medida han pasado desapercibidos, aunque fueron observados con gran preocupación por los glaciólogos a nivel mundial. Expertos del ITPR que están estudiando los eventos sobre el terreno y con imágenes satelitales, aseguran que los colapsos pueden haber sido causados por el cambio climático. Pero los expertos en glaciología por fuera de China son más contundentes – los colapsos definitivamente fueron causados por el cambio climático, sostienen.
“Si estos [colapsos] se debieron al cambio climático, entonces pueden no ser los últimos desastres, sino más bien una señal del comienzo de un nuevo tipo de peligro glaciar. Esto es lo que más preocupa a los glaciólogos “, dijo Tian Lide de ITPR a un grupo de periodistas chinos e indios en un reciente foro de prensa de la Cuenca del Indus, organizado por el International Water Management Institute y thethirdpole.net.
Si el hielo que se estrelló desde el colapso del glaciar de Aru hubiera caído en el arroyo en el fondo del valle, habría bloqueado el arroyo, creando un potencial peligro de inundación repentina, advirtió Tian. “El trabajo de monitoreo de glaciares es necesario y un sistema de alerta temprana debería ser una acción urgente para disminuir el daño causado por los peligros de los glaciares”, agregó.
El ITPR posee una red de cinco estaciones de monitoreo permanente – en los glaciares de Muztagata, Ngari y Namco, en la región del Everest y en el sureste de Tíbet. Lo que los científicos están encontrando en todas partes es que los glaciares se están derritiendo cada vez más rápido. Pero el índice de fusión no es uniforme – cuanto más al este se dirige, más rápido los glaciares se derriten. Los del Himalaya se están derritiendo más rápido y los de Pamir son los más lentos.
La aceleración del derretimiento glacial es una de las consecuencias más preocupantes del cambio climático porque afecta la disponibilidad de agua en los ríos abajo – incluyendo ríos como el Indus, el Ganga y el Brahmaputra de los cuales más de mil millones de personas dependen para sus necesidades diarias y medios de subsistencia.
Esta es también la razón por cual los datos de los refugios de los glaciares son generalmente cuestionados. En la actualidad, los científicos concuerdan en que la forma más auténtica de medir el retroceso de los glaciares es a través del “balance de masa”, monitoreando la masa real de hielo en un glaciar a través de los años. También es la forma más difícil de controlar un glaciar porque no se puede hacer solamente a través de imágenes satelitales – los científicos deben viajar a varios puntos del glaciar una y otra vez para obtener la profundidad del hielo y así poder calcular la masa.
Científicos del ITPR han calculado el balance de masas de 11 glaciares en el Tíbet desde 2006 y han encontrado que 10 se encuentran en retirada. Los datos de 2006 a 2010 han aparecido en revistas académicas especializadas.
Los resultados de la aceleración del derretimiento están allí para que todos puedan verlo: la expansión de los lagos, los pastizales inundados, las inundaciones y el desierto que queda como resultado cuando el agua fluye. Los científicos de ITPR han descubierto que a lo largo de todo el Tíbet el número y el tamaño de los lagos han aumentado dramáticamente desde 1970. Los encargados de formular políticas ya están preocupados por las consecuencias del retroceso de los glaciares. El colapso de las grandes partes de los glaciares posiciona esa amenaza a un nuevo nivel.
Ese artículo se publicó originalmente en thethirdpole.net