Naturaleza

Brote de coronavirus impulsa debate sobre consumo de animales salvajes

La epidemia ha generado reiterados llamados a la a prohibición total del consumo de animales salvajes.
<p>Agricultores controlan ratas de bambú en una granja en la ciudad de Fuzhou, en la provincia oriental china de Jiangxi. Se sospecha que las ratas de bambú albergan el coronavirus, que amplificó los llamados a prohibir el comercio de animales salvajes (imagen: Alamy)</p>

Agricultores controlan ratas de bambú en una granja en la ciudad de Fuzhou, en la provincia oriental china de Jiangxi. Se sospecha que las ratas de bambú albergan el coronavirus, que amplificó los llamados a prohibir el comercio de animales salvajes (imagen: Alamy)

Existe una creciente presión para la implementación de una reforma fundamental de la política china en torno a la comercialización de animales salvajes tras el brote de un nuevo coronavirus (2019-nCoV), que hasta hoy ha infectado a más de 40,000 personas y causó por lo menos 908 muertes, con números que continúan en aumento.

Los primeros casos de coronavirus se agruparon alrededor del mercado mayorista de mariscos de Huanan en la ciudad ubicada al centro de China, Wuhan ¿Fue el comercio del mercado de animales salvajes la fuente del virus? Un estudio primario publicado el 26 de enero en The Lancet sugirió lo contrario. No obstante, las convocatorias a prohibir la comercialización de animales salvajes han alcanzado nuevos niveles máximos.

El 26 de enero, las autoridades forestales, agrícolas y aquellas dedicadas a la supervisión de mercado anunciaron la prohibición a nivel nacional en el comercio de animales salvajes, incluida la colocación de instalaciones de cría en cautiverio bajo cuarentena, mientras dure la epidemia. Estas restricciones han sido descritas como las prohibiciones más duras jamás aplicadas al comercio de animales salvajes en China.

Pero la prohibición tiene un límite de tiempo. Una medida enérgica de la misma categoría también pudo observarse hace 17 años atrás durante la epidemia de SARS. Ahora que China está abordando otro brote importante de virus, existe la presión por la implementación de cambios de política de gran alcance.

La carne de animales salvajes y el virus

La última investigación muestra que el genoma del nuevo virus es en un 96% idéntico a un coronavirus que se encuentra presente en los murciélagos, lo que hace que los murciélagos sean la fuente más probable, como fue el caso del SARS. Todavía no está claro cómo el virus llegó a la población humana. Zhong Nanshan, jefe de un panel de expertos de la Comisión Nacional de Salud y miembro de la Academia de Ciencias de China, sugirió que las ratas o tejones de bambú podrían haber sido un anfitrión intermedio.

Una investigación publicada el 7 de febrero por la Universidad Agrícola del Sur de China afirma que los pangolines, uno de los mamíferos más traficados en Asia, también podrían haber funcionado como enlace. Todavía no hay una conclusión definitiva, pero el contacto cercano entre humanos y un huésped intermedio habría permitido que el virus trascendiera la barrera de las especies.

Una lista de precios del mercado de Huanan, distribuida en línea, exhibe que antes de su cierre durante el 31 de diciembre, la carne de animales como la rata de bambú y el gato de civeta se encontraban abiertamente a la venta. Se estima que el gato de civeta fue el huésped intermedio en la epidemia de SARS.

$11


el costo de 500 gramos de carne de rata de bamboo (US$)

La carne de animales silvestres es una parte importante de la cocina del montañoso sureste de China. El consumo de carne de animales salvajes con el objetivo de mejorar la salud también está relacionado con la medicina tradicional china. Pero esta tradición se ha llevado al extremo, bajo la creencia que la carne de animales con ciertas características, como la fuerza, aumentará esa característica en el consumidor, y que cuanto más “salvaje” es un animal, más beneficios proporcionará a la salud. Los gatos de civeta son los más preciados de todos.

Además de incentivar la caza de animales salvajes, esta demanda también ha llevado a que algunas especies de carne de animales silvestres sean criados a gran escala y se comercialicen a través de los canales establecidos. Un programa de la Televisión Central de China, con el fin de recaudar dinero, ha promovido más de una vez el cultivo de ratas de bambú, más recientemente lo hizo en junio del año pasado, asegurando que 500 gramos de carne de rata de bambú, descrita como “popular en línea”, pueden venderse por 80 yuanes chinos (USD $ 11) Los agricultores que figuran en el programa ganaban hasta 10 millones de yuanes (USD $ 1,4 millones) al año.

Las celebridades populares de Internet, los Hermanos Huanong, se hicieron famosos por filmar el proceso de criar y comer ratas de bambú. Tienen presencia en todos los sitios de streaming más importantes de China, vistos por decenas de millones de fanáticos en todo el país y son observados como productos típicos del auge agrícola en Ganzhou, provincia de Jiangxi. Muchas otras áreas subdesarrolladas ahora esperan enriquecerse a través del cultivo de ratas de bambú.

volunteer sprays disinfectant in Changsha, Hunan province
Un voluntario esparce desinfectante en Changsha, provincia de Hunan (image: Alamy)

Wu Yu, un blogger de la revista en línea Elephant, escribió que la definición de “animal salvaje” es confusa en la legislación china, y abarca a todos los animales que tradicionalmente no se consideran aves de corral o ganado, incluso cuando, como sucede on la rata de bambú, existe un sector agrícola experimentado. Una prohibición total del comercio de animales salvajes dañaría los intereses legítimos de esos granjeros, dice. “Es difícil demostrar que estos herbívoros, criados en cautiverio, son más peligrosos que las aves de corral y los cerdos, que ya han provocado la gripe aviar y la gripe porcina”.

Pero Zhou Haixiang, miembro del Comité Nacional Chino para el Hombre y la Biosfera, dijo a China Dialogue que la mayoría de los animales salvajes que se comercializan fueron obtenidos de manera ilegal. También se mostró escéptico acerca de los animales de granja: “Incluso si la granja está bien administrada, ¿de dónde vienen originalmente los animales? Han sido domesticados, pero ¿no descienden de animales capturados en la naturaleza? Todavía hay un riesgo de infección.”

“Uso razonable”

Zhou cree que hay mucho dinero en la comercialización de la vida silvestre, pero también hay “riesgos potenciales para la salud pública”. Argumenta que la Ley de Protección de Animales Salvajes y las Medidas de Protección existentes para los Animales de Tierra Silvestres dejan demasiado espacio para el uso comercial a gran escala de animales salvajes.

Las regulaciones actuales significan que las ratas de bambú pueden ser cultivadas una vez que se hayan obtenido las licencias.

Las lecciones del SARS no redujeron el apetito por la carne de animales silvestres. El consumo se recuperó menos de un año después de la epidemia del 2003, y en Guangdong se convirtió en una búsqueda de “clase alta”. Los formuladores de políticas comenzaron a buscar un equilibrio entre la demanda del mercado y la regulación, y en agosto del 2003, las autoridades forestales produjeron una lista de 54 animales aptos para la reproducción comercial y la cría, estableciendo las calificaciones para ingresar al sector, un sistema de gestión de cuotas y un etiquetado. El objetivo era regularizar la práctica en lugar de prohibirla.

Permitir el ‘uso razonable’ es un error en la Ley de Protección de Animales Salvajes

Este fue el primer reconocimiento oficial que establecía que los animales salvajes podían ser criados, y las empresas que hicieron un “uso razonable” de estos animales comenzaron a crecer legítimamente. Una vez que una granja contaba con certificados sanitarios y licencias de cría y comerciales, tenían libertad para operar.

Pero muchas de estas granjas están “blanqueando” animales capturados en la naturaleza. Lü Zhi, profesor de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Pekín, ha dicho que estas granjas “colocan animales capturados en el medio silvestre por poco tiempo en una granja autorizada, antes de enviarlos al mercado”.

El debate entre la “protección” y el “uso razonable” ha continuado desde la epidemia del SARS. Alcanzó un pico en el 2015, cuando comenzó el proceso de revisión de la Ley de Protección de Animales Salvajes.

Desafortunadamente, el “uso razonable” permaneció escrito en la legislación, y aparecieron más políticas que alientan al sector. Un documento clave del 2018 exhortó a China a “acelerar el crecimiento de la agricultura y la exhibición de animales salvajes”, y el sector de los animales salvajes estaba vinculado con la promoción de las economías rurales. En el 2019, las autoridades forestales propusieron incrementar la capacidad de reproducción de animales salvajes para impulsar la oferta del mercado.

“Permitir un uso razonable es un error en el enfoque de la Ley de Protección de Animales Salvajes”, dice Zhou Haixiang. Señala que, aunque los animales salvajes se han comprado y vendido durante décadas, e incluso generan miles de millones de yuanes a nivel de ingresos para algunas provincias y ciudades, este enfoque de protección no hace nada por el equilibrio ecológico y la salud pública.

Una revisión que brinda una oportunidad

El coronavirus ha fortalecido los llamamientos para una prohibición completa de la carne de animales silvestres por parte de universidades, institutos de investigación, figuras políticas independientes, ONG y medios de comunicación pidiendo el cambio de la ley. Pero existen diferentes ideas sobre cómo debería ser esa prohibición. El foco actual del debate sigue siendo cómo proteger los intereses de aquellos que ya están operando legalmente.

Zhou cree que las preocupaciones de salud pública significan que se debe prohibir todo tipo de cría, reproducción y comercialización de animales salvajes. Esta prohibición podría generar pérdidas para algunas operaciones legítimas, pero sin embargo es “esencial” para detener la caza ilegal.

“Las autoridades industriales y comerciales, que supervisan el mercado, no tienen el conocimiento especializado necesario para distinguir los animales criados en cautiverio y los capturados en la naturaleza”, argumenta.

La propuesta de Lü Zhi deja un mayor margen de maniobra. Considera que comer carne de animales silvestres es la forma más peligrosa de utilizar a los animales salvajes, y también es un lujo innecesario. Ella sugiere expandir la prohibición del consumo de especies protegidas para abarcar a todos los animales salvajes, terminando con el comercio de carne de animales silvestres.

A medida que se desarrolla la conciencia del consumidor, podemos esperar que caiga el mercado de carne de animales

Pero también sugiere reclasificar aquellos animales que ya han sido criados con éxito en cautiverio y acostumbrados a sus nuevos entornos como “ganado especial”, regularlos de manera similar a las aves de corral y a los animales de granja comunes. Tanto Lü Zhi como Zhou Haixiang consideran que esta distinción entre animales salvajes y animales de granja debería depender si una especie puede vivir y reproducirse correctamente en cautiverio, y si el riesgo de enfermedad puede ser controlado.

Para Liu Kejun, un especialista en ganadería del Instituto de Agricultura Animal de Guangxi que ha estado investigando la cría de ratas de bambú durante más de 20 años, “los animales de granja no deberían ser un problema”. “Las ratas de bambú en cautiverio comen bambú, caña de azúcar, tallos de hierba de elefante y tallos de yuca. El proceso de cultivo es muy higiénico”, dijo.

“A medida que se desarrolla la toma de conciencia del consumidor, podemos esperar que caiga el mercado de la carne de animales silvestres”, dice Lü Zhi, pero establecer una nueva categoría de animales de granja y reducir gradualmente las licencias disponibles, dándole tiempo a estos agricultores para diversificar y reducir las pérdidas.

Poco después de la epidemia de SARS del 2003, 22 miembros de la Academia de Ciencias de China pidieron un cambio a la ley para detener el mal uso de los animales salvajes. Esta vez, Lü Zhi confía en lógralo con éxito: “Esta vez no solo se trata de la opinión pública, las autoridades también están interesadas. Las cosas cambiarán, solo tendremos que esperar a que concluya el proceso legislativo para ver exactamente cómo se realizará”.

Este artículo fue originalmente publicado en China Dialogue.