Comercio & Inversión

Los inversores chinos se concentran en América Latina

El presidente Xi planea invertir US $250 mil millones, pero ¿cuáles son los sectores que pueden ganar o perder?
<p>Los presidentes de China, Xi Jinping y de México, Enrique Peña Nieto (imagen: <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Cena_de_Estado_que_en_honor_del_Excmo._Sr._Xi_Jinping,_Presidente_de_la_Rep%C3%BAblica_Popular_China,_y_de_su_esposa,_Sra._Peng_Liyuan_(8960384656).jpg" target="_blank" rel="noopener">Angèlica Rivera de Peña</a>)</p>

Los presidentes de China, Xi Jinping y de México, Enrique Peña Nieto (imagen: Angèlica Rivera de Peña)

La inversión extranjera directa de China en América Latina ya ha superado los 110.000 millones de dólares y sigue aumentando rápidamente. De hecho, los flujos anuales de la IED china hacia países como Brasil ahora compiten con los de Estados Unidos o España.

En el nuevo informe del Atlantic Council – Centro de Desarrollo de la OCDE, la IED china en América Latina: Nuevas Tendencias e Implicancias Globales, queda claro un área previamente opacada por datos poco claros. Los flujos anuales de inversión de las empresas chinas a la región tuvieron un promedio de más de US$ 10 mil millones en los últimos cinco años. Esta nueva realidad completa una apuesta económica, estableciendo a China como un socio importante para el comercio, los préstamos, y ahora, para la inversión en América Latina.

En un discurso pronunciado a los líderes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en Beijing en enero de 2015, el presidente chino Xi Jinping dijo que las empresas chinas invertirán 250 mil millones de dólares para el año 2025. El informe exhibe que ya están casi a la mitad de este camino. Esto se produce como un resultado directo de varios factores: la estrategia china de “salir” al exterior, a través de la cual el gobierno motiva a las empresas chinas a invertir en el extranjero; el renovado enfoque chino  en América Latina, tal como lo demuestra el documento sobre las políticas chinas de 2016, presentado en noviembre de 2016, en el cual  esbozó su estrategia para comprometerse con la región; y las empresas chinas que se han despertado ante  las oportunidades de inversión que Latinoamérica tiene para ofrecer, y ya han reunido una mayor experiencia en la región.

Sumado al rápido aumento de la inversión, el informe exhibe que la naturaleza de la inversión china en América Latina también está cambiando, con el sector de servicios recibiendo más de la mitad del total de todas inversiones desde el año 2013. De hecho, industrias como las de las finanzas, electricidad, energías renovables y transporte han recibido en su conjunto más de US$4 mil millones en inversión china. Se trata de un cambio importante, ya que anteriormente los sectores del petróleo y el gas, así como la minería y los metales – estructuras de capital intensivo, pero con bajo nivel de empleo – habían recibido una gran parte de esta proporción.

El fuerte aumento de la inversión china en energía renovable es importante. El sector ha recibido más de US$6 mil millones desde el 2013, con la corporación china Three Gorges liderando el camino. La energía eólica y solar también han sido protagonistas de esas inversiones.

Dado el liderazgo latinoamericano en energía verde, y la creciente atención y necesidad de China en este sector, existe un gran margen para nuevas inversiones. Desde fábricas que ensamblan paneles solares hasta la creación de parques eólicos y represas hidroeléctricas, América Latina y China deben formar un grupo de trabajo “verde” para colaborar en la configuración futura de estas industrias.

En otros lugares, la industria automotriz de América Latina ha recibido más de US$10 mil millones en inversiones, ya que las empresas chinas se apresuran por capturar la participación en el mercado de las Américas. Sin embargo, estas inversiones se concentran en Brasil, México y Argentina. Esto es consistente con la inversión total de China en América Latina, concentrada en unos pocos países, incluyendo Brasil, Perú, México, Argentina y Bolivia. También es notable que la inmensa mayoría de la inversión china provenga de empresas estatales (SOE), concentrando más del 80%, contrariamente a la IED china en los Estados Unidos y en la UE, que principalmente proviene de empresas privadas chinas.

Los gobiernos latinoamericanos están estimulando las inversiones chinas. México lo ha facilitado en la industria automotriz, además de firmar nuevos contratos de exploración de petróleo y gas. Brasil ha acogido con beneplácito las inversiones chinas en la industria eléctrica y ha sido debidamente recompensado con casi US$9 mil millones, principalmente por parte de la State Grid Corp de China. Esto incluye la compra de represas hidroeléctricas y líneas de transmisión.

Una parte creciente de estas inversiones son las fusiones y las adquisiciones, exhibiendo que las firmas chinas están descubriendo que las asociaciones con compañías latinoamericanas son cada vez más atractivas. Los bancos chinos han sido especialmente activos, adquiriendo o invirtiendo en más de 20 firmas financieras en Latinoamérica, incluyendo: BTG Pactual, Banco BBM, BicBanco y Standard Bank.

La inversión china en el sector extractivo sigue siendo grande, razón por la cual los gobiernos latinoamericanos deben fortalecer sus leyes ambientales e incrementar la responsabilidad en su cumplimiento, con mecanismos de supervisión más sólidos. En última instancia, es su responsabilidad asegurar que las inversiones sean sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.