Comercio & Inversión

China y América Latina establecen nuevas prioridades

El foro ministerial enfatiza la sostenibilidad, pero ahora debe transformar las palabras en hechos

El mundo ha cambiado drásticamente en los últimos tres años, según la saliente presidenta chilena, Michelle Bachelet, durante la segunda reunión ministerial entre China y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC-China) en la capital, Santiago el lunes.

Cuando la reunión inaugural entre China y el bloque del hemisferio occidental de 33 naciones tuvo como escenario a Beijing, durante el mes de enero del 2015, no había un Acuerdo de París sobre el cambio climático; no existía la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030; y un retorno al proteccionismo económico era inimaginable, dijo Bachelet.

Desde aquella primera reunión, el foro ha avanzado en el área de la cooperación ambiental, dijo Heraldo Muñoz, ministro de Relaciones Exteriores de Chile. “Somos partidarios del multilateralismo, de gobernar para enfrentar juntos problemas como el cambio climático y los desastres naturales”, dijo.

En ese momento, China aumentó considerablemente su presencia internacional a través de la iniciativa de infraestructura Un Cinturón, Una Ruta (BRI por sus siglas en inglés). En la cumbre de este año, el proyecto se convirtió en el foco de atención ya que los ministros de Asuntos Exteriores se comprometieron a impulsar la cooperación con China en materia de medio ambiente y cambio climático.

Las partes involucradas emitieron la Declaración de Santiago, que identifica al medio ambiente como una de las ocho áreas prioritarias para “el beneficio mutuo y el desarrollo”; y formularon una declaración formal sobre la extensión de la BRI a América Latina. Próximamente se conocerá un tercer documento – el Plan de Cooperación, que será más detallado para el período comprendido entre el 2019 y el 2021.

Durante el primer foro China-CELAC se anunció el Plan de Cooperación 2015-2019, con el presidente chino Xi Jinping ocupando las primeras planas de todo el mundo comprometiéndose a invertir US$250 mil millones en la región e incrementar el comercio a US$500 mil millones en la próxima década. Las expectativas en torno al foro y cómo seguirīa estos compromisos fueron grandes en Santiago.

¿Un nuevo camino u obstáculos duraderos?

Al transmitir un mensaje del presidente Xi, el ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi sostuvo que la CELAC se ha convertido en el principal canal para la cooperación general con América Latina con el fin de lograr “grandes resultados”.

En el plan de cooperación anterior, el foro manifestó su intención de establecer numerosos foros sectoriales, incluidos los de infraestructura, ciencia y tecnología, e intercambios culturales.

La creación de una plataforma dedicada al medio ambiente, un tema que en ciertas ocasiones ha tensado las relaciones entre China y América Latina, sería un paso en la dirección correcta, según Fernando Reyes Matta, director del Centro Latinoamericano de Estudios Sobre China (CELC) y ex embajador chileno en China.

“Hemos comenzado a crear nuevos espacios para la reflexión conjunta entre China y CELAC en temas como el medio ambiente”, dijo Reyes Matta, y destacó que la nueva declaración también incluye un párrafo sobre el trabajo de aquí en más para la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030. “En ese sentido, hay un avance”, dijo.

CELAC, que fue inaugurada en el 2011 pero aún no tiene oficina, número telefónico o dirección de correo electrónico, no posee la misma capacidad institucional que tienen otros foros multilaterales establecidos de los cuales participa China y los países latinoamericanos.

A diferencia del Foro Económico de Asia y el Pacífico (APEC) y el G-20, por ejemplo, CELAC ofrece un espacio limitado para los actores no estatales dentro o próximos a él. Consultada por Diálogo Chino sobre cuáles habían sido los avances es esta área, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina (CEPAL), apuntó a los sub-foros académicos y de otra índole en el marco de CELAC-China.

“Poco a poco podemos avanzar hacia foros de esa naturaleza”, dijo y explicó que “ya en el plan de 2019-21 se habla del gobierno abierto, de abrir la información a la sociedad y de hacerla más partícipe, así que vamos encaminando hacia allá”.

Un Cinturón, Una Ruta llega a América Latina

La reunión CELAC-China signó el reconocimiento formal de un organismo regional de integración de América Latina en el BRI. Sin embargo, se había mencionado por primera vez en un reciente documento oficial emitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores de China (MFA), en el cual se resumen los nuevos acuerdos con Panamá.

Muñoz declaró que las partes estaban “muy satisfechas” con este resultado. Asimismo, se hizo eco de los comentarios de Bachelet asegurando que la conectividad del siglo XXI se ha cuadriplicado, con nuevos canales digitales y aéreos para complementar las antiguas rutas comerciales marítimas y terrestres.

Durante la sesión plenaria, Wang dijo: “Si la cooperación fuera un fruto, Una Franja, Una Ruta sería el flujo que alimenta al árbol”.

Sin embargo, el sociólogo Augusto Varas, expresó su preocupación sobre las controversias en el incumplimiento de las regulaciones laborales y ambientales asociadas con los proyectos de infraestructura chinos en América Latina.

“Todo parece muy bonito, pero las acciones de China en la región son totalmente distintas. Hay una gran brecha entre la retórica y la realidad de las inversiones y el comercio”, dijo.

Los críticos han advertido sobre la insostenibilidad económica y ambiental en la relación económica de China con América Latina.

Este último factor es de gran importancia en el marco de una gama de productos del primero, muchos de los cuales son productos manufacturados con valor agregado. América Latina exporta de manera abrumadora commodities a Chinas como la soja y el petróleo. Para producirlos, estos productos son de carácter intensivo tanto en agua como en carbono y están sujetos a las fluctuaciones de los precios mundiales, desaceleraciones que han perjudicado a las economías de América Latina.

“No es culpa de China”, le dijo a Diálogo Chino, Carlos Portales, ex director de política exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. “Si los precios de las commodities bajan o suben, eso sucede en el mercado”. Añadió, además, que el nivel de vulnerabilidad a los shocks de precios recae en el sistema productivo de cada país.

Bárcena afirmó que trabajar con socios chinos está ayudando a dinamizar ciertos sectores de las economías latinoamericanas, como la agricultura, y, además, hacerlos más sostenibles suministrándoles energía a partir de fuentes renovables. También felicitó a la ingeniería china en el ámbito del transporte público.

“China ha comprometido fuertemente a que sus ciudades tengan mucho menos contaminación, que les afectó económicamente”, agregó; “también han contribuido al acuerdo de Paris con compromisos claros sobre energía renovable”. “De verdad, la densidad que ellos acumulan es muy importante para el planeta”, dijo.