Clima

La cumbre climática comienza con una nota esperanzadora

La implementación del Acuerdo de París no será fácil

La cumbre anual de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) se reúne esta semana en Marrakech, Marruecos, en un clima de esperanza tras el Acuerdo de París del año pasado. Hubo también otros dos acuerdos importantes en 2016, uno por parte de la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI), en cual se acordó el inicio de una reducción de las emisiones de los vuelos para el 2020, y el segundo fue una enmienda al Protocolo de Montreal, que aplicará una eliminación gradual de los refrigerantes nocivos, también para el 2020.

Otra razón para tener esperanza es que el Acuerdo de París fue ratificado por muchos países y ha entrado en vigor legal a menos de un año de haber sido firmado.

Pero esta esperanza fue atemperada por la realidad. A los responsables de la formulación de políticas se les pidió que reconsideren las promesas hechas por sus gobiernos, que se inscribieron en el Acuerdo de París bajo el marco de las Contribuciones Nacionales Determinadas, las cuales serán difíciles de mantener.

Se ha puesto de manifiesto que las promesas existentes serán insuficientes para mantener el aumento promedio de la temperatura mundial desde la era preindustrial dentro de los 2C. Alcanzar la “máxima ambición” de 1.5C – un resultado sorpresivo del Acuerdo de París – será aún más difícil. En un escenario de implementación integral, los NDC actuales suman un aumento de temperatura de 2,7C.

La secretaría de la CMNUCC ha pedido al Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) que formule una serie de recomendaciones sobre la forma en la que los países pueden avanzar hacia el objetivo del 1.5C,  y el IPCC publicará un informe especial sobre este tema en 2018, el mismo año en el cual el Acuerdo de París presentará su primera evaluación.

Principal preocupación

Los negociadores reunidos para la Cumbre de la CMNUCC, celebrada entre el 7 y el 18 de noviembre en Marrakech, están fundamentalmente preocupados por la aplicación del Acuerdo de París. Existen indicios que en el tratamiento de los detalles de la implementación, el mundo desarrollado versus el mundo en desarrollo han discutido sobre quien hace tal o cual cosa, y si se sigue en este camino se continuará obstaculizando la negociación. Desde el Acuerdo de París, los negociadores no han podido llegar a una decisión para presentar en la cumbre y validar su ratificación. Dado que el acuerdo es escaso en detalles, ellos tendrán que comenzar las negociaciones de implementación casi desde cero.

Esto es especialmente preocupante teniendo en cuenta la historia de las negociaciones de la CMNUCC. El Protocolo de Kioto fue acordado en 1997, pero se tardaron ocho años más antes de que las naciones ricas acordaran los detalles de su compromiso para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Estados Unidos no ratificó el protocolo en absoluto.

Sin ventana

No hay ninguna ventana disponible para llegar a un acuerdo sobre los detalles de aplicación del Acuerdo de París. En primer lugar, los efectos del cambio climático ya son evidentes a nivel mundial en distintas formas como la reducción de la producción agrícola; olas de calor cada vez más frecuentes y más intensas; sequías, inundaciones y tormentas; la elevación en el nivel del mar, retroceso de los glaciares; derretimiento de capas de hielo y suelos congelados. En segundo lugar, se supone que el Acuerdo de París entrará en vigencia en 2020.

Un asunto relacionado conducirá a más disputas: ¿qué acciones se tomarán antes del 2020? El Protocolo de Kioto todavía está pasando por una segunda fase de implementación, pero la mayoría de los países industrializados lo ven como acabado, y han arreglado para mantener las acciones pre-2020 en gran medida fuera de la agenda en Marrakech.

Esto es peligroso, sobre todo porque el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha advertido que las emisiones de gases de efecto invernadero deben alcanzar un pico en 2020 si el mundo quiere  tener alguna posibilidad de mantener un aumento de temperatura de 1,5C para fines de siglo.

Preocupaciones financieras

Los países en desarrollo también están preocupados ya que no reciben el dinero necesario para reducir las emisiones o para hacer frente a los impactos del cambio climático. En la cumbre climática de Copenhague de 2009, la entonces secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, prometió que los países ricos entregarían US$ 100.000 millones al año, a partir de 2020, para este propósito y esta década sería destinada al incremento del apoyo financiero a ese nivel.

Esto se había convertido en un compromiso general de los países desarrollados y ha sido un tema polémico desde entonces. La OCDE calculó el año pasado que ya se habían proporcionado alrededor de US$ 63 mil millones anuales a los países pobres en forma de financiación climática. Pero los países en desarrollo han impugnado  esta cifra enérgicamente, acusando a la OCDE de doble contabilidad y de considerar los préstamos como donaciones.

El gobierno británico y australiano han presentado una cifra similar este año, acción que puede conducir a argumentos similares. Los países en desarrollo señalan que el Fondo Verde para el Clima (GCF), – el principal brazo financiador de la CMNUCC-, tiene poco más de US$ 10.000 millones en sus arcas.

Con los negociadores de los países industrializados manteniendo en gran parte, las acciones previas al 2020 fuera de la agenda oficial y mientras sus contrapartes de los países en desarrollo se encuentran muy disgustados por esto, Marruecos como país anfitrión ha asumido el compromiso de liderar un “diálogo facilitador” de alto nivel durante dos días mientras se desarrolle la cumbre de Marrakech. En este contexto, algunas chispas pueden volar.

El diablo está en los detalles

Los veteranos negociadores y observadores del clima saben que alcanzar un acuerdo amplio entre los gobiernos puede ser un paso relativamente fácil porque en realidad son los detalles los que son difíciles. Por esta razón, es que muchos de los negociadores reunidos en Marrakech han manifestado su preocupación a lo que ocurrirá en las próximas dos semanas. Pero en esta oportunidad hay algunas negociaciones exitosas sobre las cuales pueden construir.

El acuerdo de la OACI para controlar las emisiones de vuelos internacionales no ha complacido a todos los gobiernos. Pero al menos es un comienzo para un sector que antes había sido notoriamente resistente a cualquier cambio.

El otro gran desarrollo de este año fue la enmienda al Protocolo de Montreal. Esto complació a la mayoría de los gobiernos porque aquellos – incluyendo la India – que se oponían a una eliminación temprana del refrigerante HFC se les permitieron hacer su propio camino. Dada la cantidad de HFC utilizada por estos últimos, el retraso no es un factor de gran importancia y la enmienda se ha instalado correctamente como un exitoso ejemplo de diplomacia que ayudará a combatir el cambio climático.

Mitigando los impactos

Hay muchos buenos ejemplos sobre cómo mitigar las emisiones de GEI. Pero, ¿qué pasa con los impactos del cambio climático?; ¿con las formas de adaptación a las pérdidas y daños que ya están ocurriendo cuando los países fracasan en sus intentos de adaptación?

Los países en desarrollo han tenido que luchar con los países desarrollados para que estos temas figuren en la agenda y las negociaciones sobre estas cuestiones no sigan siendo ambiguas. Existen proyectos de adaptación en muchos países en desarrollo, pero se necesitan muchos más. Especialmente considerando que el Fondo de Adaptación de la CMNUCC se ha quedado sin dinero y que el Fondo Mundial para el Desarrollo ha acordado hasta el momento financiar sólo 17 proyectos de adaptación.

Existen muchos estudios acerca de la enorme magnitud de las pérdidas y los daños que sufren a causa de las inundaciones, las tormentas y otros desastres que se han vuelto cada vez más frecuentes y más intensos debido al cambio climático. Activistas medioambientales y países en desarrollo, especialmente los más pobres, han luchado largo y tendido para incluir este tema en la agenda de negociaciones de la CMNUCC. Ellos lograron la obtención del Mecanismo Internacional para Pérdidas y Daños de Varsovia, aprobado en la cumbre del clima de 2013, sólo después de haber aceptado no mencionar las obligaciones de los países ricos, especialmente  los EE.UU., donde particularmente temen causas  judiciales en esta área.

El mecanismo se presentará para su revisión en la cumbre de este año, y las naciones pobres tendrán que luchar para retener lo poco que han logrado, y al menos avanzar en esta área.

Preocupaciones por la justicia climática

Pocos días antes de la cumbre Marrakech, Anil Madhav Dave, ministro de Medio Ambiente de la India, reiteró una demanda de larga data de su país que se basa en que las nacionales ricas deberían hacer mayores esfuerzos para combatir el cambio climático y para ayudar a las naciones pobres, ya que la mayoría de los gases de efecto invernadero que contaminan la atmósfera son emitidos por las naciones ricas.

En teoría, esta demanda no puede ser cuestionada, pero en la práctica ha sido consistentemente cuestionada por las naciones ricas. De hecho, muchos think-tanks han calculado que los países en desarrollo están realmente gastando una mayor porción de su PIB que los países ricos para controlar las emisiones y hacer frente a los impactos del cambio climático. El tema será mencionado locuazmente por algunos gobiernos y observadores, pero lo más probable es que siga siendo un factor marginal en las negociaciones oficiales.

Ese artículo se publicó primero en India Climate Dialogue