Industrias Extractivas

China estudia la bonanza de la minería argentina

Argentina necesita hacer frente a una de las mayores tasas de inflación de la región

Argentina va camino a convertirse en el nuevo mercado minero chino mientras el gigante asiático, sediento de energía, espera beneficiarse gracias a la enorme potencialidad de gas y petróleo que promete Sudamérica. Ambos países firmaron un acuerdo para impulsar las inversiones durante la feria China Mining 2014, realizada en la septentrional ciudad de Tianjin, en octubre de 2014. Representantes del gobierno argentino se reunieron con ejecutivos de alto rango de las máximas empresas mineras chinas: Minmetal, Chinalco, Shandong Gold, NFC, y Zijn. Argentina puede satisfacer las necesidades de las materias primas chinas, ya que es el mayor productor mundial de litio, el segundo de boratos, el tercero de plata, el cuarto de cobre y el quinto de oro. También cuenta, entre sus recursos, con más de 800 millones de toneladas de potasio. Pekín, el segundo mayor consumidor e importador de petróleo en el mundo, ha invertido 15 mil millones de dólares en Argentina, especialmente en petróleo. Además, ambos gobiernos se encuentran en tratativas para la construcción de una refinería de cobre en Argentina, con una inversión de 750 millones dedólares. Es improbable que China reduzca su creciente demanda y consumo de energía. Entre junio de 2012 y junio de 2013, importó la mayor cantidad de mineral de hierro: 743 millones de toneladas métricas, lo que siginifica un aumento del 8 % en un año. El Dorado mineral El acuerdo chino-argentino llega unos pocos meses después de haberse estimado que la formación argentina de gas de esquisto, llamada Vaca Muerta, contiene uno de los mayores recursos de gas fuera de Estados Unidos. Este gigantesco depósito en la provincia de Neuquén, en la remota Patagonia, contiene 23 billones de metros cúbicos de gas técnicamente recuperable. También cuenta con la cuarta mayor reserva de petróleo de esquistos bituminosos: aproximadamente 27 mil millones de barriles de petróleo técnicamente recuperable. Esta bonanza de gas y petróleo yace a tres kilómetros bajo la superficie. “Las empresas chinas están muy interesadas en invertir”, afirmó Ernesto Fernández Taboada, director ejecutivo de la Cámara de Producción, Industria y Comercio Argentino-China en Buenos Aires. En particular, Bridas Corporation, una empresa de exploración y desarrollo petrolero y gasífero, propiedad del productor argentino de combustibles fósiles Bulgheroni, y la empresa petrolera china CNOOC, anunciaron en octubre de 2013 una inversión de 500 millones de dólares para explotar la zona de petróleo de esquistos de 633 kilómetros cuadrados. Taboada explicó que se desconoce el total de la inversión china en gas y petróleo en esta etapa. Las empresas chinas han encargado estudios de campo en la Patagonia para determinar el nivel de inversión necesario para extraer esas riquezas. Hasta el momento, la multinacional estadounidense Chevron y la empresa energética estatal argentina YPF invirtieron 2,5 mil millones de dólares en Vaca Muerta, según ha confirmado YPF en noviembre de 2014. A diferencia de China, Argentina es un sitio ideal para la extracción de minerales, debido a su baja densidad poblacional –15 personas por kilómetro cuadrado– y sus enormes recursos hídricos. Fracturación hidráulica (fracking): el camino hacia la recuperación económica Argentina necesita que empresas extranjeras de gas y petróleo perforen en el país para obtener el capital necesario para hacer frente a una de las mayores tasas de inflación de la región. El país tiene dificultades para obtener financiamiento externo y necesita de inversión externa, especialmente de China. YPF, en particular, requiere ayuda extranjera para explotar Vaca Muerta, debido a la magnitud de las reservas. Por lo tanto, Argentina ha recurrido a métodos controvertidos, como la fracturación hidráulica o fracking, que puede impulsar sus exportaciones de energía, pero también generar enormes daños medioambientales, como la contaminación del agua. La fracturación es una técnica de extracción a gran escala, que implica perforar la tierra hasta gran profundidad para liberar el gas que contienen las rocas. Se inyectan agua, harina y productos químicos a alta presión en la roca y así se permite que el gas fluya fuera del pozo. “La diferencia entre la extracción tradicional y la no convencional básicamente [reside] en los grandes volúmenes de agua, arena y aditivos que se usan”, explica Rubén Etcheverry, presidente de Gas y Petróleo del Neuquén, la empresa energética local de la provincia donde se encuentra Vaca Muerta. “La explotación de hidrocarburos no convencionales requiere una mayor cantidad de agua que la producción tradicional”, agrega. Los ecologistas argumentan que la fracturación crea desechos líquidos repletos de productos químicos tóxicos y contaminan los acuíferos con gas metano, favoreciendo e impactando de forma negativa para la salud humana y animal. A la luz de esto, un tribunal argentino exigió a YPF que detenga sus actividades de fracturación hidráulica en la provincia del Chubut en marzo de 2014, luego de revisar las acusaciones presentadas por la contaminación del agua. Las empresas mineras chinas podrían empeorar la degradación medioambiental, porque China no cuenta con leyes de fracking para proteger el agua subterránea y otros recursos naturales. Además, las empresas chinas no han adoptado las convenciones internacionales de protección medioambiental, ya que saben que es difícil para el gobierno de la RPC controlar sus actividades en el extranjero. Esta es una significativa fuente de preocupación en Argentina – y en América Latina – ya que su legislación medioambiental es más limitada y débil en comparación a la de los países desarrollados. Por ejemplo, Argentina ratificó una nueva ley de hidrocarburos en octubre de 2014, pero sus detractores señalaron la falta de regulación ambiental para evitar los posibles daños que podría producir la fracturación. “La fracturación no es buena ni mala, depende de cómo se implemente”, asevera Taboada. “Las empresas chinas deben cumplir las normas argentinas, como lo hace YPF”, agregó. Sin embargo, un informe publicado por Friends of the Earth en junio de 2014, intitulado “Heading South: The Dash for Unconventional Fossil Fuels in Argentina” (Rumbo al sur: el embate por los combustibles fósiles no convencionales en Argentina) y explica cómo las multinacionales están presionando al gobierno argentino para que apruebe leyes medioambientales más flexibles para extraer combustibles fósiles no convencionales. Me suena México también es un país propenso a los peligros de la fracturación y a la contaminación del agua debido a las actividades de empresas mineras chinas en el país. La Administración de Información Energética de EE. UU. indica que México es el sexto mercado con recursos de gas de esquisto técnicamente recuperable. Para estimular la relación chino-mexicana, el presidente mexicano Enrique Peña Nieto firmó un paquete de inversión por 14 mil millones de dólares con su contraparte china durante una visita de estado para asistir a la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Pekín, en noviembre de 2014. El acierdo incluyó un fondo de 2,4 mil millones de dólares destinados a minería y energía. Sin embargo, las actividades de fracking de las empresas chinas podrían resultar significativamente perjudiciales para el medio ambiente, ya que México –junto con Sudáfrica– son las regiones que podrían retrasar en mayor medida la explotación de recursos no convencionales debido a la escasez de agua, según el Instituto de Recursos Mundiales (World Resources Institute). Esta organización de investigación, con sede en Washington, clasificó a los países según la magnitud de sus reservas y su vulnerabilidad frente a la escasez de agua. Las reservas de gas de esquisto mexicanas, de 15,5 mil millones de metros cúbicos, están en desiertos. Además, la fracturación en México requiere entre 7,5 y 30 millones de litros de agua por pozo, según las estadísticas aportadas por la agencia regulatoria nacional. Esta es una cantidad enorme, si consideramos que 10 pozos necesitarían entre 25 y 40 millones de litros de agua. Un primer paso Las empresas mineras chinas son conocidas por su falta de normativa ambiental y sus deficientes estándares laborales en Latinoamérica. Sin embargo, a pesar de las normativas débiles o inexistentes sobre fracturación en Argentina y la región, la conciencia sobre la necesidad de proteger el medioambiente está creciendo en China. En noviembre de 2014, el presidente chino Xi Jinping y su contraparte estadounidense, Barack Obama, firmaron un acuerdo climático para limitar las emisiones de carbono en la cumbre del APEC. El gobierno de la RPC se ha visto presionado para ocuparse de los niveles de contaminación que se han disparado en su país; esto puede constituir un primer paso para abocarse a los estragos medioambientales que las empresas chinas causan en el extranjero.

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