Naturaleza

Capital chino viene a realizar la reconstrucción de Colombia

Colombianos quieren que China siga las normas ambientales del país asiático
<p>Cartagena, en Colombia, donde se realizó el Congreso Internacional de Biología de la Conservación (imagem:<a href="https://www.flickr.com/photos/41171029@N02/27365700997/in/photolist-HGdnuZ-d57KQ7-oyA4Ng-e8sHUs-oyDUQG-6BSHnh-Eghw5G-6BSrjU-6BRg2s-26fsqqN-2bWtC5Y-oABKnK-e8n3oi-EghjBb-e8n3R2-Hsk9ke-24AvM2y-6BPFKc-e8n4Xv-PhoBJg-E4vNnz-6BNEiV-fRT9B3-oyAkAZ-e8n4vP-btLqZn-6BStSo-oyAefc-bnRVmF-bjeCRF-bmWf6M-oABh72-ohnoAr-bkXCut-4GuAwF-bTmpov-bkXCkn-4GuAW4-4GuAdv-FUV3Rf-oyE2wN-oyQ671-26fvdoA-oBkJFJ-26fsj7A-4GuANF-HGcuK2-4GuADX-25YEncr-24Aw7Ys">MikePScott</a>)</p>

Cartagena, en Colombia, donde se realizó el Congreso Internacional de Biología de la Conservación (imagem:MikePScott)

Este es el primer artículo de una serie especial que analizará el rol de China en la promoción del desarrollo pacífico y sostenible en Colombia

“Tenemos que hacer las paces con la naturaleza,” afirmó Luis Murillo, Ministro del medio ambiente y desarrollo sostenible de Colombia, frente a una audiencia de casi 2000 científicos que desembarcaron en Cartagena, en la última semana, para participar del Congreso Internacional de Biología de la Conservación (ICCB 2017). La audiencia ante la cual el Ministro hizo su alocución estaba compuesta por investigadores de diversos países, expertos en estudios de biodiversidad.

El ICCB es un foro mundial cuyo objetivo es discutir los desafíos de la preservación del medio ambiente y presentar nuevas investigaciones y tendencias del mundo científico. No por casualidad, la ciudad elegida para albergar la 28va edición del Congreso fue Cartagena, habiendo sido celebrado previamente en Nueva York, Sídney y Beijing. El país atraviesa un momento histórico luego de más de cinco décadas de conflicto armado y a casi cinco años de negociaciones con las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia (FARC), uno de los grupos guerrilleros que dejaron una estela de 220.000 muertos, 60.000 desaparecidos y siete millones de desplazados.

“La naturaleza fue una víctima silenciosa del conflicto y, para restaurar estos ecosistemas, necesitamos investigación. La paz nos permitirá movilizar recursos para promover el desarrollo”, anunció el Ministro en la noche de la inauguración. “Los acuerdos con las FARC tenían importantes implicaciones para la conservación”, destacó ante los reporteros. “El proceso de paz nos ha permitido llegar a una zona de gran riqueza en biodiversidad que antes no conocíamos”. Y es en este sentido donde hay grandes riesgos, advierten los investigadores.

“Los grupos guerrilleros ocupaban muchas zonas, tenían el control territorial y ejercían la autoridad sobre la agricultura y actividades ilegales. Cuando salieron de estos territorios, el Estado no pudo ocupar las áreas en forma inmediata, lo que generó un vacío de gobernabilidad. Hemos observado que creció la deforestación y el cultivo de la coca se ha duplicado en los últimos cinco años en áreas que anteriormente se encontraban bajo el dominio de las FARC”, dijo a Diálogo Chino Thomas Walschburger, director científico de la organización The Nature Conservancy.

Oportunidades post-negociación

Existe la posibilidad de que la Colombia post-negociación sea un país de oportunidades para los inversionistas extranjeros, que están ávidos para penetrar y explotar los recursos naturales que estuvieron blindados durante décadas, cree la bióloga Brigitte Baptiste, directora del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt. La institución público-privada, con sede en Bogotá, se dedica a llevar a cabo investigaciones científicas para apoyar la formulación de políticas públicas en el país.

“El gobierno ha dejado claro que esta es una oportunidad importante. Habrá un proceso de mejora de las actividades petrolerasenergéticas y de desarrollo agro-industrial. Pero nadie tiene una versión innovadora que incorpore el potencial de la biodiversidad al futuro del país. Carecen de una visión conservacionista para asegurarle un nuevo lugar a la biodiversidad”, digo.

Los acuerdos de negociación de paz le aplicaron una inyección de ánimo a los emprendedores, como ya había declarado en mayo de este año el embajador chino Li Nianping en Colombia. Se estima que se harían inversiones por un valor de aproximadamente $ 10.000 millones en los próximos años.

China se ha consolidado como el segundo socio comercial de Colombia y ahora está interesada en participar en la reconstrucción del país durante lo post-negociación. En marzo, la agencia para la promoción del turismo y la inversión extranjera ProColombia realizó en Beijing un foro, en un intento por abrir puertas y darle un nuevo impulso al desarrollo económico, colocando el foco en áreas de infraestructura, energía, agro-industria y turismo. En el año 2015, sólo había 20 empresas chinas en Colombia, ahora este número aumentó a 70.

Pensando en facilitar la entrada de capital chino, el gobierno de Colombia ha bajado los impuestos, según informó a la prensa Alejandro Valencia, Director de ProColombia, durante el viaje de negocios, en Beijing. La protección del medio ambiente y el impulso a la investigación también se encuentran entre los objetivos que el gobierno colombiano pretende estimular con recursos extranjeros.

Para Brigitte Baptiste, la inversión extranjera es bienvenida, “ya sea desde China o de cualquier otro lugar”. Sin embargo, espera que Colombia sea capaz de elegir las inversiones que posean medidas de seguridad, controles de calidad y una “preocupación ambiental evidente y un compromiso global”.

Lamentablemente, según la bióloga, “no es el caso de muchas agencias de cooperación chinas”. Baptiste argumenta que las empresas chinas están ganando “espacio político con su afán y capital, pero no están muy interesadas en la cuestión ambiental”.

Según evalúa, es necesario tener una idea clara sobre el nivel de inversiones que dichas empresas están dispuestas a hacer para realizar una buena gestión de la biodiversidad. “Si Colombia reduce sus estándares, sin duda tendremos inversiones de mala calidad y que pondrán en peligro el futuro del país. Los negocios con China tienen que pasar por un filtro importante”.

Según la opinión de la bióloga, sí es posible tener a los chinos como aliados de la conservación del medio ambiente, especialmente de parte del mundo científico. “La gestión ambiental de China es muy innovadora y de la mejor calidad. Les pediríamos que aplique aquí el mismo estándar que utiliza en su país”.

Los chinos como aliados

Al ser consultado por Diálogo Chino, el Ministro Luis Murillo afirmó que hay “muchas oportunidades de inversiones amigables para con el medio ambiente”. Un ejemplo de estas son las vastas áreas que se utilizan para la agricultura y ganadería, con superficies que van de 25 a 30 millones de hectáreas, que se pueden convertir en bosques. “Es un tema en el cual China podría estar interesada. Todavía podemos tener una cadena de producción de alimentos sin deforestación en Colombia en la cual se creen empleos para las comunidades e inclusive alianzas estratégicas entre el gobierno, el sector privado y las comunidades”, declaró el jefe de la cartera de medio ambiente y desarrollo sostenible.

“En 2010 teníamos 13 millones de hectáreas en 59 áreas protegidas. Nuestro objetivo es duplicar a 26 millones de hectáreas protegidas en los próximos años”, anunció. Murillo también espera que China tenga interés en invertir en el mercado de créditos de carbono.

El país recientemente creó un impuesto al carbono (el “carbon taxing”) y pagos por servicios ecosistémico. Con estos fondos se espera invertir en proyectos locales para la conservación del medio ambiente, según informó el ministro. Se espera recaudar alrededor de 7 mil millones pesos colombianos al año, aproximadamente USD 2.000, según proyecciones del Departamento Nacional de Planificación de la Presidencia.

“Además, la semana que viene presentaremos un proyecto de ley para el cambio climático para crear un mercado de carbono en Colombia. La idea es recibir aportes del sector privado internacional”.

La autoridad ambiental colombiana también afirmó que el gobierno actualmente optó por congelar todas las solicitudes de extracción de minería y petróleo. “Yo fui el que propuso congelar cualquier solicitud de minas y petróleo en la cuenca del Amazonas. Estas actividades están prohibidas en las áreas protegidas. Algunas de las áreas que demarcamos, tales como el Parque de los Nevados y páramos del área de Tolima, son las zonas más atractivas para las empresas de minería, y también zonas del Pacífico que necesitan que exista una prohibición para el ejercicio de la minería. Consideramos que la extracción de minerales puede llevarse a cabo de forma sostenible y responsable, pero este tipo de actividad atrae la colonización y la expansión de la frontera agrícola. No podemos luchar contra esto ahora si la explotación de estas áreas no es congelada”.

Promesas en medio de obstáculos

El discurso del Ministro suena ambientalmente prometedor a ojos internacionales. Sin embargo, hay señales de que las ambiciones anunciadas con tanto énfasis por las autoridades vienen enfrentando una serie de obstáculos y ataques.

La tasa de deforestación de Colombia se disparó en un 44% en 2016 en comparación con el año anterior, anunció a principios de julio el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM). El año pasado 178.597 hectáreas de bosques fueron arrasadas. La situación es peor en la Amazonía colombiana, donde un 34% de la deforestación registrada en 2016 se concentró en los Estados de Putumayo, Caquetá, Meta y Guaviare. La ganadería extensiva, los cultivos de coca, la minería ilegal, incendios forestales e infraestructura de caminos han sido los principales impulsores de la deforestación.

En el año 2015, en la Conferencia del Clima de París, el gobierno colombiano se comprometió a reducir a cero la tasa bruta de la devastación de la Amazonía hasta el año 2020. Acompañando esta meta, anunciada a nivel mundial, países como Alemania, Reino Unido y Noruega declararon que invertirán 100 millones de dólares en forma gradual a medida que el país compruebe la reducción de la deforestación.

Las proyecciones se complicaron cuando, el último 22 de julio, el anteproyecto del presupuesto general de la nación para el año 2018 se filtró a la prensa colombiana. La expectativa es de que la cartera de medio ambiente experimente cortes por un 60% de su presupuesto, el cual pasaría de 632 mil millones pesos a 232 (de 208 millones de dólares a 76). El sector de parques nacionales sería el que más sufriría debido a dichos recortes, el IDEAM y el Instituto Humboldt, a los cuales se les cortaría un tercio de su presupuesto.