Infraestructura

Accidente fatal en planta hidroeléctrica

Informe denunció el prestamista por no ser transparente sobre los riegos

Los datos vinculados a la mayor planta hidroeléctrica de Ecuador, Coca-Codo Sinclair, son impresionantes: una producción anual proyectada de 8,63 gigavatios; 4,5 millones de toneladas de reducción prevista en las emisiones de CO2; una inversión china que alcanza los 1,7 mil millones de dólares… y la pérdida de 15 vidas. En la tarde del sábado 13 de diciembre, 25 trabajadores se encontraban sobre una plataforma dentro del pozo de presión principal cuando parte de una pared cercana cedió y permitió el ingreso de una poderosa corriente de agua. La plataforma colapsó, mató a 13 de los hombres e hirió a los 12 restantes. Se trata del segundo accidente fatal en Coca-Codo Sinclair: en 2012 un autobús que transportaba empleados chocó contra una roca y dejó un saldo de dos muertos y 30 heridos. Revolución hidroeléctrica En los últimos cuatro años, los inversores institucionales chinos han desembolsado 3 mil millones de dólares para financiar la revolución hidroeléctrica ecuatoriana. Pero las muertes de 10 trabajadores ecuatorianos y tres chinos en el proyecto insignia Coca-Codo Sinclair significaron un crudo recordatorio de los costos adicionales del proyeto para ambos países. La estrategia energética ecuatoriana depende del éxito de Coca-Codo Sinclair. Se estima que el colosal proyecto, ubicado en el Amazonas ecuatoriano, cubrirá aproximadamente el 40% de la demanda energética del país cuando esté finalizado a principios de 2016. Una vez concluida, Coca-Codo Sinclair será la pieza central del plan ecuatoriano para generar el 90% de su energía con represas hidroeléctricas. La responsabilidad para lograr este ambicioso objetivo está en manos de la empresa de ingeniería hidroeléctrica más grande del mundo, Sinohydro de China. Pero en los últimos años, la construcción de proyectos hidroeléctricos en Ecuador por parte de empresas chinas se ha visto plagada de accidentes. En abril de 2014, cuatro expertos chinos en explosivos, que trabajaban para el grupo contratista Gezhouba en la planta hidroeléctrica Sopladora, murieron en una explosión. Sopladora está siendo financiada a partir de un crédito de 571 millones de dólares del Banco de Exportaciones e Importaciones de China (China ExIm Bank), que también ha provisto el 85% de los fondos para Coca-Codo Sinclair. La pregunta que se están haciendo los analistas del financiamiento chino de infraestructura es: el ExIm Bank de China, ¿controla lo suficiente esos proyectos? Como otros bancos chinos, en vez de tener una obligación legal, el China ExIm Bank “recibe instrucciones” del regulador, la Comisión Regulatoria de la Banca China (CBRC), para controlar los riesgos sociales y ambientales vinculados a sus inversiones. Pero, según Martha Torres Marcos-Ibáñez, un especialista amazónica de la ONG peruana DAR (Derecho, Ambiente y Recursos Naturales), los riesgos que causaron el accidente de Coca-Codo Sinclair eran tan conocidos como evitables. “De hecho, todos los riesgos implicados en el proyecto forman parte de la evaluación de impacto ambiental (EIA)”, dijo a Diálogo Chino. “El accidente no fue causado por un desastre natural o una razón externa, tuvo que haber fallas estructurales que permitieran el ingreso del agua y el colapso del pozo de presión”, explicó. “Fue un accidente debido a una falla estructural y, sí, pudo haberse evitado”. Torres destaca que el EIA enfatiza que cualquiera de los riesgos principales –incluidas las roturas de las tuberías y los desbordamientos del agua – podrían causar pérdidas de vidas humanas, a menos que la empresa medidas las necesarias de prevención, mitigación y preparación para emergencias. Dos días antes del accidente en Coca-Codo Sinclair, DAR publicó conjuntamente un informe que comparaba las salvaguardias medioambientales implementadas por el China ExIm Bank con las de tres bancos latinoamericanos de desarrollo. Otorgaron al ExIm Bank calificaciones inferiores que a la de sus pares porque carece de un elemento clave que permite la implementación de las salvaguardias: transparencia. Según Torres, una mejor difusión de la información implica que los riesgos se pueden escudriñar más atentamente y conocerlos puede ayudar a evitar accidentes como el de Coca-Codo Sinclair. “Una política adecuada de transparencia y acceso a la información permite un mayor conocimiento, no sólo del proyecto sino de los demás actores involucrados”, sostiene. “En este caso, tener acceso a información sobre los riesgos, las responsabilidades y el comportamiento de la empresa constructora ayuda a generar conciencia sobre sus condiciones laborales, de salud y seguridad, y los efectos medioambientales del proyecto”. Responsabilidades chinas en el extranjero El objetivo de las salvaguardias bancarias es minimizar los riesgos sociales y medioambientales asociados con sus inversiones. Así, lo establece la “Directiva de Crédito Verde” (DCV), una política introducida en China en 2012 que extiende los rigurosos criterios para las inversiones locales, instaurados inicialmente en 2007, a las inversiones chinas en el exterior. Según la DCV, las entidades crediticias deben detallar las medidas de seguridad y controlar los impactos en todas las etapas del proyecto – desde la planificación hasta el desmantelamiento – con información disponible para el público. En teoría, el regulador bancario chino, la Comisión Regulatoria de la Banca China (CRBC), tiene la autoridad suficiente para detener el flujo de fondos de los bancos a los contratistas en el caso que no se implementan adecuadamente las salvaguardias. Pero estas condiciones dependen de la difusión pública y gratuita de la información y aquello que la empresa hace o no para mitigar los riesgos de una inversión. El China ExIm Bank no cuenta con un mecanismo de información pública y habitualmente es reacio a las solicitudes de información en Ecuador y otros sitios. Mientras que los bancos latinoamericanos estudiados por DAR para su informe ofrecen información y documentos en portales web diseñados especialmente para ello, el ExIm Bank no cuenta con un portal web ni ofrece documentos. Diálogo Chino intentó infructuosamente comunicarse con el ExIm Bank para darle la oportunidad de comentar sobre esta cuestión y no obtuvo respuestas. No aprovechar las lecciones Los bancos chinos han atraído críticas por no estar a la altura de los estándares internacionales de transparencia. En respuesta al informe sobre las salvaguardias, Yu Xiaogang, el director de Green Watershed, una ONG con sede en la región occidental de China que califica a los bancos según su desempeño ecológico, afirmó que por ser uno de los bancos de fomento y desarrollo, el ExIm Bank debería “constituir un ejemplo a seguir por los bancos comerciales”. Los bancos de fomento y desarrollo (o bancos de política) son responsables de financiar proyectos alineados con las prioridades de desarrollo del gobierno chino incluidas en los planes quinquenales del país. En China, no revelar información importante sobre los riesgos a menudo ha resultado contraproducente. “El ocultamiento deliberado de información sobre grandes riesgos medioambientales y sociales y la violación del derecho del público a saber suelen generar una amplia oposición del público a estos proyectos”. Simon Zadek, codirector de la Investigación sobre el Diseño de un Sistema Financiero Sostenible de la UNEP – que evalúa las opciones de política para la transición a una economía ecológica– comparte la idea de que es contraproducente no implementar salvaguardias, especialmente cuando las empresas chinas operan en el extranjero. “Los costos de inversión a corto plazo y las dificultades para China por las salvaguardias sociales y ambientales quedan más que compensados por los beneficios que tiene para ese país el acceso continuo a recursos y mercados, y por las rentabilidades ajustadas por riesgo que obtiene en el largo plazo”, afirmó. Cuando se den cuenta de que puede ser más beneficioso para ellos, tal vez solo sea una cuestión de tiempo antes de que los bancos chinos adopten e implementen las salvaguardias. Las nuevas regulaciones cuyo objetivo es guiar las inversiones chinas, y las inversiones en sí, se encuentran en un territorio relativamente inexplorado. Continúan exacerbando sus riesgos a través del secreto y la falta de acceso. Yu Xiaogang considera que lo importante es que los bancos implementen las lecciones aprendidas en su propio país y, allí o en el exterior, trabajen de manera “transparente”. Sinohydro ha anunciado una investigación sobre el accidente en Coca-Codo, habrá que ver si las lecciones de transparencia logran afianzarse.

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