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¿Por qué los chinos deben preocuparse por el impacto de su país en el extranjero?

El influjo chino pronto impactará sobre las personas en todo el mundo

El orgullo desmedido y la ignorancia son una combinación peligrosa para una superpotencia emergente con cierto resentimiento, dice el novelista Chan Koonchung 

China ha estado alentando a sus ciudadanos y empresas –estatales, mixtas, de propiedad privada ficticia y real– a «salir» y los se ven chinos en casi todos los países.

Es imperativo que los ciudadanos chinos tomen conciencia de su huella y se preocupen por el impacto de China en el extranjero, aun cuando solo sea en beneficio propio.

El estado chino se ha mostrado paternalista y a menudo instruye a sus ciudadanos sobre cómo comportarse adecuadamente en el extranjero. Hay que reconocer que individualmente, los chinos pueden ser diligentes y razonables, pero también pueden ser explotadores y calculadores. Pueden tener una actitud abierta, pero también mostrarse muy tribales.

Algunos malos hábitos también son capaces de viajar lejos.

Por ejemplo, la búsqueda de atajos corruptos en vez de seguir las vías legales, pero burocráticas, suele ser la práctica preferida por los chinos en el extranjero, aunque este hábito tiene sus orígenes en su país natal. Centrarse en las elites al mando en vez de interactuar con las personas comunes también ha generado resentimiento.

La mayor parte del tiempo, los chinos procuran buscar «situaciones donde todos ganen». Pero por ganar-ganar, simplemente entienden que ambas partes obtienen dinero. Obviamente, se trata de una definición excesivamente acotada. Ignora el interés público, la justicia social, los sentimientos locales y las preocupaciones ambientales. En algunas circunstancias, las conductas indecorosas e interesadas han producido resultados indeseados. Es fundamental que los chinos en el extranjero acepten un mejor código de conducta.

A lo largo de la historia, los chinos han (el grupo étnico mayoritario en China) han demostrado ser… sinocéntricos. Pueden ser insensibles a las costumbres y mentalidades de otros. Pueden menospreciar a otras razas. Se autoprotegen en entornos extraños, Pero cuando están seguros de entender lo que ocurre a su alrededor, también pueden ser generosos e inclusivos.

En general, los chinos tienden a adaptarse, a ser pragmáticos y a mostrarse abiertos a la educación (incluida la autocapacitación). Aprenden de los errores y entre sí. Pueden renunciar a enfoques equivocados y buscar «un camino medio» más feliz.

En última instancia, lo que está en juego aquí va más allá del interés de cada chino. En el mediano plazo, el surgimiento chino será imparable, a pesar de inevitables contratiempos económicos, las políticas internas mediocres, o incluso algún que otro aterrizaje forzoso de la economía.

Con los millones de chinos y la colosal cantidad de capital de ese país que «salen», está surgiendo una nueva situación mundial. Así como las potencias colonialistas transformaron los continentes fuera de Europa en el siglo XIX y el alcance mundial estadounidense reestructuró el mundo en la segunda mitad del siglo XX, el influjo chino pronto impactará sobre las personas en todo el mundo.

El orgullo desmedido y la ignorancia son una combinación peligrosa para una superpotencia emergente con cierto resentimiento.

Tanto el continente chino como Taiwán se oponen al imperialismo y al colonialismo. Pero, ¿es posible que sin saberlo caigan presa de la tentación de una nueva ronda de neoimperialismo y neocolonialismo con características chinas?

Desde su reforma y apertura en la década de 1980, China se ha conectado irrevocablemente con el mundo. No puede dar la espalda a la comunidad internacional. Seguir las mejores prácticas al relacionarse con otros países y personas redunda en su propio beneficio. También beneficia al mundo que los ciudadanos chinos están mejor informados y que el capital de ese país sea mejor empleado para facilitar el desarrollo humano mundial.

Los chinos deben ser conscientes del impacto de China en el extranjero y preocuparse por el buen gobierno y las mejores prácticas; no se puede hablar de gobernanza mundial sin la participación china.