Clima & Energía

“La crisis social y la medioambiental son dos caras de la misma moneda”

Entrevista con Carolina Schmidt, ministra de Medio Ambiente de Chile y presidenta designada de la COP25
<p>Conversamos con la ministra chilena Carolina Schmidt, presidenta de la COP25, sobre qué esperar de las negociaciones este año y el rol que jugará América Latina. Foto: COP25.</p>

Conversamos con la ministra chilena Carolina Schmidt, presidenta de la COP25, sobre qué esperar de las negociaciones este año y el rol que jugará América Latina. Foto: COP25.

Más de 30.000 personas llegarán a Madrid esta semana para participar de la cumbre de cambio climático COP25 de las Naciones Unidas, en donde se espera finalizar el libro de reglas para la implementación del Acuerdo de París, aprobado en 2015 para evitar que el calentamiento global supere los 2ºC.

La COP25, originalmente prevista en Santiago de Chile, fue trasladada hace apenas un mes a Madrid a causa de la turbulencia política en ese país, que en todo caso seguirá ejerciendo la presidencia por intermedio de su ministra de Medio Ambiente Carolina Schmidt.

Previo al comienzo de la cumbre, Schmidt publicó una editorial en la revista Science donde advirtió sobre la imposibilidad de los países de lograr un desarrollo apropiado sin abordar el cambio climático.

En una entrevista exclusiva con Diálogo Chino, la presidenta de la COP25 describió sus expectativas para la cumbre y se refirió al rol de América Latina pese a que finalmente no la región no albergará el evento (antes de Chile, Brasil iba a ser el anfitrión hasta que su nuevo presidente Jair Bolsonaro decidió que no era prioridad de su gobierno). La ministra también resaltó la necesidad de aumentar la ambición en las soluciones al problema climático y describió los planes de Chile en ese sentido.

Diálogo Chino [DC]: ¿Qué buscó con el mensaje de la editorial en Science sobre la desigualdad social y la medioambiental?
Carolina Schmidt [CS]: El cambio climático amplifica las desigualdades sociales y, por lo tanto, para hacerle frente se necesitarán no sólo transformaciones técnicas y prácticas (como la del sector energético), sino también transformaciones sociales. Estas últimas proporcionarán las condiciones para permitir la aplicación de los cambios rápidos y sin precedentes que se requieren para alcanzar colectivamente el objetivo del Acuerdo de París.

La crisis en Chile y el traslado de sede de la COP25 a Madrid ¿cambió sus expectativas sobre el resultado de la reunión?

Fue un dolor muy grande no poder recibir a la COP25 en Chile. Tuvimos que renunciar a ser su sede, pero no renunciamos a la convicción profunda sobre la relevancia de los chilenos y del mundo entero de impulsar la acción climática con urgencia.

El mundo vive una crisis climática y ambiental sin precedentes. La temperatura global está camino a convertirse en la más cálida de la historia; el nivel de CO2 en la atmósfera es el más alto que haya existido jamás y las emisiones de la industria energética siguen creciendo a un ritmo frenético; mientras que la Antártida se está derritiendo tres veces más rápido que hace una década; sólo por nombrar algunos ejemplos.

Por eso es tiempo de actuar. No es un eslogan, es una necesidad, una exigencia. Cada medida que no se toma, cada compromiso que no se asume, es un paso atrás en la lucha contra el cambio climático. Esto es un desafío que asumimos como Presidencia de la COP25.

Con el cambio de sede América Latina perdió una COP, ¿cree que esto deje en desventaja a la región?

Asumimos la Presidencia de la COP en representación de Latinoamérica y el Caribe después de que Brasil renunció a serlo el año pasado. Justamente porque estamos convencidos de que los países en desarrollo somos los más afectados por el cambio climático y que tenemos muchos problemas socioambientales que sólo se agravan con el calentamiento global. Esto sólo se pueden enfrentar si trabajamos juntos multilateralmente.

¿Cómo planea la Presidencia de la COP mantener el espíritu latinoamericano en reunión?

Es una COP latinoamericana y debemos preocuparnos de que esta identidad se mantenga. La sede es en Europa, pero la COP es de América Latina y la Presidencia se preocupará por mantener esa identidad, por ejemplo, relevando la adaptación a través del diálogo de alto nivel. Destacaremos las dificultades y vulnerabilidades de los países en desarrollo.re

Respecto de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (o NDCs por su sigla en inglés) por cada país para hacer frente a la crisis climática y su falta de ambición, y el reciente informe de Brecha de Emisiones, ¿qué expectativas tiene sobre el aumento de ambición que deberían anunciar los países?

El principal objetivo de la Presidencia COP25 es aumentar la ambición en la acción climática, incluyendo la mitigación, la adaptación y los medios de implementación. Por eso, durante la conferencia avanzaremos en actualizar la Alianza para la Ambición Climática, en la que se incorporarán nuevos actores y nuevos temas, relevando especialmente la participación de gobiernos locales y empresas.

Para lograr la implementación y mayor ambición es indispensable traer a la mesa nuevos temas, materias y actores: El sector privado, productivo y financiero, los gobiernos locales y los ministros sectoriales deben venir a la mesa con anuncios y colaboraciones concretas.

En el nuevo contexto que está viviendo Chile ¿qué se puede esperar de su ambición climática y del ejemplo que buscó dar al respecto, desde el principio, al presidir COP25?

La crisis social y la medioambiental son dos caras de la misma moneda. No se puede enfrentar una sin hacernos cargo de la otra. La crisis climática tiene un efecto multiplicador, profundizando severamente las desigualdades sociales y medioambientales existentes. La acción climática ambiciosa debe tener una transición justa y con un enfoque especial en el impacto de las políticas para las personas y los países más vulnerables.

Chile en esta COP25 mostrará el anteproyecto de su actualización de NDC. Ella está en línea con lo que solicita el mundo científico para combatir el cambio climático, al ambicionar una reducción del 45% de las emisiones respecto al 2016, último año de medición presente en el inventario nacional de emisiones de Chile. Según Climate Action Tracker, la propuesta nacional es ambiciosa y más transparente que la anterior, moviéndonos en la dirección correcta según lo solicita el Acuerdo de París.

Además, estamos en la etapa final para presentar al Congreso el proyecto de ley marco de cambio climático, el que establecerá Chile la meta de carbono neutralidad al 2050 y un sistema de gobernanza y responsabilidades que nos permitirá cumplir con nuestros compromisos nacionales e internacionales.

Seguiremos trabajando en las políticas que relacionan clima y ambiente para reducir las inequidades ambientales y sociales en el país, acelerando la descarbonización de nuestras actividades. Vamos a trabajar en una estrategia climática de largo plazo dándole gran relevancia a la co-construcción mediante un diálogo multiactor basado en el trabajo de todos.

Tras las negociaciones, ¿qué resultados espera se logren respecto del artículo 6 del Acuerdo de París referido a mercados de carbono?

Aumentar la ambición es el tema principal de la COP25. El reciente informe sobre Brecha de Emisiones revela la urgencia de actuar y tomar medidas drásticas. A partir de 2020 y durante la próxima década debemos reducir las emisiones 7,6% anual para limitar el aumento de temperatura en 1,5° centrígrados.

Para cumplir este objetivo requerimos el esfuerzo de los gobiernos, pero también de las ciudades, empresas e inversores, y la COP25 será una gran oportunidad para impulsar la ambición. Por eso, buscaremos incorporar al sector privado en la acción climática, especialmente asociado a los mecanismos globales del mercado de carbono, como una herramienta necesaria para incrementar la implementación de acciones.