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ONG pide a Perú una revisión de informe ambiental

La situación en la mina Las Bambas es peor de lo previsto

La organización no gubernamental CooperAcción recomendó recientemente al gobierno de Perú la realización de una revisión del Estudio de Impacto Ambiental de la mina de cobre Las Bambas. Escenario de conflictos entre la población local y la policía, con un resultado de cuatro muertos y numerosos heridos en el pasado mes de septiembre, Las Bambas está considerada como uno de los mayores proyectos de minería de cobre del mundo. Después de cinco modificaciones, el estudio de impacto ambiental ya no representa la realidad de lo que está sucediendo hoy en día en la región. La ONG recomienda que las comunidades locales participen todavía más en las decisiones que toman los inversores chinos y el gobierno. “Es la mejor manera de evitar enfrentamientos en el futuro”, dice la economista Julia Cuadros, una de las fundadoras de CooperAcción que, desde 1977, monitorea el impacto de la industria minera peruana en el medio ambiente y las comunidades locales. La misma recomendación fue realizada por Edwin Lee, miembro del pool de abogados Dacheng, que se especializa en inversiones de China en exterior. Según el abogado, la empresa china MMG no es responsable por los problemas de Las Bambas, que heredó de sus antiguos dueños. Pero cometió un error al no investigar a fondo la compleja situación de Perú antes de adquirir las minas. Según Cuadros, en el proyecto original, el cobre que se extrajera de Las Bambas sería llevado a través de un mineroducto hasta la mina desactivada de Tintaya, donde sería procesado para ser embarcado en el puerto de Arequipa. Cuando el emprendimiento se vendió, Tintaya quedó fuera del negocio y el cobre pasó a procesarse en el lugar. Al eliminar el mineroducto, la empresa china MMG se vio forzada a aumentar el número de camiones que transportan la mena procesada desde Las Bambas hasta el puerto de embarque. “Son 225 camiones que todos los días van llenos y vuelven vacíos”, comentó Cuadros. “Al mismo tiempo, el depósito de Las Bambas será ampliado, lo que significa un volumen mayor de residuos en el lugar. Todavía nadie hizo una evaluación seria sobre las consecuencias de tales modificaciones y sobre cuál será su impacto sobre el medio ambiente y la población local”, afirmó. La población local se indignó porque fue informada de las decisiones después que éstas fueran tomadas y considera que el impacto socio-ambiental de esa nueva realidad será mayor de lo previsto”, comentó. La minería fue responsable por el 5% del Producto Bruto Interno (PBI) de Perú y por más de la mitad de sus exportaciones en 2013. Con aproximadamente 200 minas en funcionamiento, el país se encuentra entre los primeros lugares del ranking internacional de productores de plata, oro, plomo, zinc y cobre. De las 25 inversiones existentes, por lo menos 15 fueron cuestionadas por la población local y, según estadísticas del gobierno peruano, los conflictos sociales se han triplicado desde 2008. El proyecto de minería de cobre Las Bambas, estimado en USD 74 mil millones, representaba una excepción. Hasta ahora. “Es una situación compleja porque, en una década, el proyecto pasó por varios dueños hasta que fue adquirido por los chinos”, dijo el economista Manuel Glave, del centro de investigación Grupo para Análisis y Desarrollo (GRADE). “El problema reside en las modificaciones que se le hicieron al proyecto original y en la falta de comunicación entre las partes. Las comunidades locales siempre estuvieron a favor de la explotación de las minas. Se había hecho un acuerdo con las empresas para que los moradores de la región recibieran una compensación económica y se hicieran proyectos sociales”. “Los problemas no surgieron porque China asumió el proyecto o porque haya hecho inversiones”, dijo Edwin Lee. En la opinión del letrado, las empresas actualmente enfrentan un “gran desafío” en Perú y en América Latina en general. Acostumbradas a negociar con gobiernos, muchos de los cuales son autoritarios, deberán adaptarse a la realidad de países democráticos donde la opinión pública tiene peso y puede influir en el resultado de un emprendimiento. “Las empresas chinas están muy involucradas con gobiernos. En África, que carece de regímenes democráticos y de legislación, han encontrado una resistencia menor por parte de la población”, dijo Lee. “Sin embargo, en América Latina, que es democrática, enfrentan un gran desafío. En este caso, el respeto por la ley es muy importante”. Edwin Lee además recomienda: si quieren ampliar su presencia en el mundo y preservar su imagen y sus inversiones, deben estudiar las reglas de cada mercado y adaptarse a ellas. “Integrar una autocracia y una democracia es difícil, pero una de las maneras de resolverlo es estudiar cada situación y pedir ayuda a intermediarios para resolver los problemas, en el caso de que sea necesario”. CooperAcción además realizó una grave denuncia en el informe enviado al gobierno de Perú: la del maltrato al cual fueron sometidos los manifestantes por parte de las autoridades, que habrían utilizado las instalaciones de la empresa para interrogar a los detenidos. “Es una práctica de los tiempos de la dictadura que solamente contribuye para aumentar la desconfianza de la población hacia las corporaciones”, dijo Julia Cuadros. En el informe, la ONG afirma que el estado tiene la obligación de evitar futuros conflictos y que la única manera de lograrlo será establecer mecanismos democráticos que permitan una mayor participación de las comunidades locales en las decisiones de la empresa china que explota Las Bambas.L