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El legado de las Olimpiadas en Brasil se parece a los de Londres y Pekín

Mejor transporte público, aprovechamiento de instalaciones de los juegos
<p>Arena del Futuro sera transformada en escuelas (imagen: <a href="https://pt.wikipedia.org/wiki/Arena_do_Futuro#/media/File:Arena_do_Futuro_Rio_2016.jpgtarget=%22_blank%22">André Motta/brasil2016.gov.br </a>)</p>

Arena del Futuro sera transformada en escuelas (imagen: André Motta/brasil2016.gov.br )

Luego de la partida de los turistas y atletas que participaron en los Juegos Olímpicos, llegó el turno de los habitantes de la ciudad brasileña de Río de Janeiro para que  vivencien todo lo que se construyó o modificó especialmente para ser sede de las Olimpiadas. Según los mismos organizadores, se considera al nuevo sistema de transporte como el mayor legado que dejó Río 2016.  Leonardo Picciani, ministro de Deportes, está de acuerdo con que la movilidad urbana constituye un legado «enorme» para los cariocas como él.

«Además», recuerda el ministro, «existe un legado inmaterial. Los Juegos Olímpicos son una inspiración para la práctica del deporte, un estímulo para que la juventud lo incluya en su día a día y constituye un instrumento de inclusión social», entiende Picciani.

Pero quienes todos los días dependen  del servicio de los transportes todavía miran el futuro de dicha movilidad con desconfianza. «Durante los días en los cuales había Juegos, el tren venía con bastante frecuencia, y con muchos vagones. ¡Hasta podíamos viajar sentados!», le comentó a Diálogo Chino una pasajera que prefirió no dar su nombre. Habitante de Madureira, zona norte de Río, ella teme que cuando las competencias terminen el servicio vuelva a ser como antes. «Los trenes siempre han circulado repletos, teníamos que esperar mucho para embarcar. Creo que va a volver a ser así».

El gobierno de la ciudad afirma que los servicios se readecuarán al día a día de los cariocas en forma gradual. Apuestan a que más personas dejen el automóvil y comiencen a utilizar el transporte colectivo. Según el organismo, hasta que se iniciaron las obras de ampliación de las líneas de subterráneo y del tren rápido, sólo un 18% de los habitantes de la ciudad utilizaba el servicio de alta velocidad. La expectativa es  que para 2017, es decir, un año después de los Juegos, el índice alcance el 63%.

«Estarán operando más de 150 km de corredores de BRT (Bus Rapid Transit u ómnibus de tránsito rápido) que conectarán las zonas más pobres y apartadas de la ciudad, además de la ampliación del subte», afirma el documento oficial que analiza el legado de Río 2016.

Si así fuera, los Juegos Olímpicos de Brasil replicarían lo que sucedió en los de China. Las mejoras del sistema de transporte constituyeron el principal legado de las Olimpíadas de Pekín del 2008, según afirma el Comité Olímpico Internacional (COI). «Las inversiones también hicieron que se ampliara la red ferroviaria de Pekín y que hubiera una gran extensión del subte, a partir de la creación de nuevas líneas, además de haberse construido el tren rápido hacia Tianjin (una de las ciudades más importantes del país)», afirma el informe del COI que se refiere al asunto.

Rogério Valle, profesor de la Universidad Federal de Río de Janeiro y coordinador del informe sobre los impactos y legados de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos Río 2016, todavía prefiere ser cauteloso al referirse  sobre el supuesto legado que  quedará para los brasileños. «Veremos cuál será su impacto en el día a día. Es bueno recordar que una importante línea de BRT no fue terminada»,  advierte el profesor al referirse al BRT Tranbrasil, que conectará Deodoro, escenario de competencias de cinco modalidades olímpicas localizado en la zona oeste de la ciudad, con la zona centro de la ciudad.

Nueva estética

Según informaciones oficiales, los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro costaron R$ 39.070 millones, aproximadamente USD 12 mil millones. Realizada con inversiones públicas y privadas, la recuperación urbanística del centro de la ciudad también es señalada como un legado significativo. La zona portuaria, de importancia histórica y que había permanecido abandonada durante décadas, se revitalizó y recibió a miles de turistas durante las Olimpíadas.

«Destaco la puesta en valor de la zona portuaria, un área fundacional de la ciudad y que estaba bastante deteriorada y fue recuperada para los ciudadanos de Río de Janeiro y para los turistas que visitan la ciudad», afirma conmovido el ministro. El profesor Valle concuerda: «La ciudad ganó un espacio significativo, ese fue un legado urbanístico importante. Se creó un polo de atracción cultural por donde también pasa un tramo del VLT (en traducción al español, Vehículo Liviano sobre Rieles)».

Con respecto al Parque Olímpico, construido mediante una colaboración público-privada, será reestructurado solamente con posterioridad a los Juegos Paralímpicos. Aproximadamente un 60% de la superficie será de uso público y el resto se transformará en un barrio residencial.

Las nuevas construcciones se realizarán en terrenos que quedarán vacíos luego de que se desarmen algunas estructuras. El estadio «Arena do Futuro» (Arena del Futuro) se transformará en cuatro escuelas destinadas a la zona de Jacarepaguá, localidad ubicada al oeste de la ciudad. Con respecto al Estadio Acuático, se transformará en dos centros de natación en los barrios de Madureira y Campo Grande, de las zonas norte y oeste respectivamente. Todas las intervenciones habrían formado parte del presupuesto de Río 2016.

«Algunos equipos se utilizarán para los entrenamientos de atletas de alto rendimiento. Otras áreas para realizar eventos deportivos, programas para atletas jóvenes y para eventos de inclusión social. En algunos estadios se llevaran a cabo eventos de iniciativa privada y se utilizarán los ingresos para el mantenimiento del legado olímpico», aclara el mismo Picciani.

En Londres, el Parque Olímpico le cambió la cara a la región del East End, una zona de la ciudad que se encontraba deteriorada. Segundo  avaluación de los economistas Bruce Katz e Alex Jones, “todavía es temprano para evaluar si las inversiones tuvieron un impacto duradero», a pesar de que la zona se haya transformado en un polo de atracción para empresas y actualmente se destaque como un polo tecnológico de acuerdo con artículo publicado en Brookings Institution.

Simon Carrasco, un profesor de una nueva escuela de la Villa Olímpica de Londres, duda que los Juegos hayan tenido un impacto positivo y duradero dada la experiencia en otras ciudades, pero al mismo tiempo ha quedado impresionado con la transformación de la zona al este de Londres.»Lo que antes era una zona intransitable se ha convertido en un lugar del que nos sentimos orgullosos y al que regularmente visitamos en nuestro tiempo libre», dijo el profesor.

Carrasco aseguró que gracias a los Juegos Olímpicos sus estudiantes tienen acceso a instalaciones «increíbles» y quienes además, en su mayoría, viven cerca de la escuela en cuadras modernas, seguras y bien cuidadas. Sin embargo, lugares como el velódromo no son accesibles para todos y muchos de los apartamentos comprados por inversores inmobiliarios extranjeros continúan desocupados.

Allan Brimicombe, profesor de la Universidad de East London, entiende que Londres 2012 ofreció buenos ejemplos. «No hay elefantes blancos, es decir, estadios olvidados o que no se usan», declaró en un debate organizado por la Queen Mary University of London.

Para que la cuenta cierre

En lo inmediato, el balance final de Río 2016 es positivo. «Lo más importante es que, sin ninguna duda, toda aquella lista de temores tan acentuados no se confirmaron», analiza Valle. La lista incluía desde complicaciones en las competencias de la Bahía de Guanabara debido a la contaminación de las aguashasta brotes del virus zika, además del temor a que se produjera un atentado terrorista y a que el sistema de transporte colectivo pudiera colapsar.

Todo indica que los Juegos Paralímpicos, que se realizarán entre el 7 y el 18 de septiembre, también estarán libres de dichas preocupaciones. El Comité Olímpico Brasileño (COB), experimenta la sensación de “misión cumplida”.

Por otro lado, la evaluación de los costos todavía causa polémicas. «Eso es muy complicado. No existen mecanismos para calcular el costo de las cosas llamadas inmateriales. Dependiendo de cuál sea el cálculo, Río 2016 puede haber sido la olimpíada más barata de la historia o la más cara», comenta Valle, citando como ejemplo el impacto que tendrá en la imagen de la ciudad.